Acude Obispo de Tabasco a hospitales a colocar la cruz de ceniza

ABISAC MÁRQUEZ

AVANCE
Ayer por la mañana durante la celebración de la colocación de la ceniza, el obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López, acudió a los hospitales y clínicas de la ciudad para que ninguna enfermedad fuera impedimento para que los adultos y niños recibieran la señal de la cruz.
Es así  como comenzó de forma oficial la Cuaresma, con la visita del obispo y  de los diáconos del Seminario Mayor quien acompañó al líder de la grey católica  a colocar las cenizas a los enfermos.
Gerardo de Jesús, visitó la clínica de Jesús ubicada en la colonia Primero de Mayo, donde los pacientes ya aguardaban a recibir la señal de la cruz posterior a una breve ceremonia religiosa, “Debemos llevar la palabra de Dios a los lugares donde las personas no pueden acudir”, indicó el jerarca.
A no echar nada en saco roto fue el llamado que el obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López, realizó ayer durante el inicio de Cuaresma, donde aseguró que la colocación de la cruz es sólo el inicio de la preparación rumbo a la Pascua pero hay otras cosas de mayor importancia.
“Que la feligresía se acerque a la palabra de Jesús, como dice él: si ustedes permanecen en mi palabra realmente serán discípulos míos, por eso debemos de acercarnos a él y vivir con toda fe y caridad”.
De igual forma cada parroquia, a través de sus pastorales, realizó los apostolados para llevar la ceniza en aquellos hogares donde a uno de sus integrantes se le imposibilita su movilización, con enfermedades que en muchos casos se encuentran en etapas avanzadas.
En todas las iglesias las campanas no dejaron de repicar ayer en todo el día, pero a diferencia de otros veces esta ocasión no sólo anunciaba la misa sino el inicio de la Cuaresma con el miércoles de ceniza, lo que ocasionó una afluencia importante en todos los recintos del estado en los que se tuvo que ampliar el número de ceremonias.
Con la señal de la cruz y la frase: “Polvo eres y en polvo te convertirás”, miles de feligreses desbordaron su fe en las parroquias para prepararse de caminos a la Pascua, tiempo en el que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús dentro del calendario litúrgico.