LA INJUSTICIA A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

FELIPA NERY

“Donde hay educación, no hay distinción de clases.” (Confucio)

“Si no hay justicia para los indígenas, tampoco habrá paz para PEMEX”, han advertido los habitantes de Nacajuca y Jalpa de Méndez, a quienes la paraestatal, junto con las autoridades locales llevan unos cuatro meses  haciéndolos dar vueltas y vueltas en sus reclamos de indemnización por los daños causados por la explosión del pozo petrolero Terra 123 en el mes de noviembre del 2013. Y es que la última respuesta que recibieron por parte de la empresa que desde un primer momento dijo que no habrían indemnizaciones, fue, que a través de la ventanilla de reclamaciones que tiene Petróleos Mexicanos, los indígenas presenten sus documentos que los acrediten como propietarios, para que le puedan dar trámite a sus reclamaciones. La diputada Verónica Pérez Rojas dijo que no pueden aceptar la condicionante de presentar títulos de propiedad, porque los indígenas no tienen títulos de propiedad, sino tan sólo derechos de posesión. Los indígenas han anunciado que tomarán medidas más drásticas para no dejar trabajar a Petróleos Mexicanos en Nacajuca y Jalpa. Y es que ante la impotencia de los indígenas de no recibir respuesta a sus justos reclamos, no les dejan otro camino, más que actuar en rebeldía, y quizá su rebeldía llegue más allá de las acciones inéditas que hoy vemos de la policía. Nadie puede negar que mientras de esta zona de Nacajuca se han extraído millones de barriles de crudo de hidrocarburos que se han traducido en miles de millones de dólares que han servido para enriquecer a funcionarios públicos federales y estatales también,  los indígenas tabasqueños viven en la miseria, sin obras sociales que les mejoren sus condiciones de vida, pero sobre todo, con sus tierras contaminadas, sin posibilidad de tener una mejor cosecha de sus productos, o mejorar su pequeña ganadería. A pesar de ser los pueblos originarios de este país, y que deberían ser orgullo nacional, poco falta para que a los indígenas se les dé el trato cruel, inhumano y de explotación que recibieron por parte de los conquistadores hace más de 500 años. Mientras sigamos sin reconocer a nuestros indígenas, sin darles el lugar que merecen, de ser tratados como iguales, sin ninguna discriminación, no vamos a desterrar de este país tantos odios y resentimientos… Hace unos días algunos cuestionaban el comportamiento irrespetuoso y vulgar que tuvieron muchos ciudadanos en la madrugada del jueves cuando se dio la elección de la Flor más Bella de Tabasco, pero en el Congreso del Estado, los legisladores y las legisladores, tienen comportamientos que no es menos cuestionante que el de las personas que se manifestaron en contra de la Flor más Bella que el jurado había decidido elegir. Durante dos días, las y los diputados de la Comisión de Gobernación y Puntos constitucionales escenificaron escándalos, mismos que no son novedad, porque los hemos visto de manera constante, no sólo en comisiones, sino en el mismo pleno del Congreso. Estas expresiones, demuestran la cultura de un pueblo, qué le vamos a hacer, este es nuestro pueblo, estas son nuestras autoridades legislativas, somos producto de una historia de revanchismos, de rivalidades, de deslealtades, de ambiciones de poder.