EL CONFLICTO COMO OPORTUNIDAD

FELIPA NERY

“Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz.”

El conflicto que surgió entre los policías y sus superiores, que encontró acuerdos satisfactorios para las partes después de 15 días de crisis, debe verse como una oportunidad para fortalecer esta corporación que durante el tiempo que estuvieron en paro demostraron unidad entre su gremio. Recordemos que este conflicto estalló por la falta de buenas relaciones entre sus altos mandos, porque no estaban de acuerdo con los tratos indignos que recibían y sobre todo, porque no son valorados en la tarea que realizan, ni remunerados satisfactoriamente. La falta de respuesta oportuna cuando en su momento se pronunciaron unos cuantos de estos policías, fue lo que provocó la unidad de toda la corporación policíaca y posterior paro.  Afortunadamente hubo apertura al diálogo de ambas partes, aunque a veces parecía que ambos medían fuerzas, sobre todo cuando de parte del Ejecutivo les lanzaban amenazas de iniciarles procesos judiciales, es decir de actuar represivamente en su contra, a pesar de que se reconocía la legalidad y legitimidad de muchos de sus reclamos.Un conflicto es algo más que un desacuerdo. Se trata de una situación en la que una o ambas partes perciben una amenaza. Las amenazas hacen que el bienestar de las partes se vea afectado, por lo que permanece hasta que   enfrentamos el mismo  para intentar resolverlo. Ha quedado claro ya, que   no sirve de nada ignorar el conflicto ya que, lejos de desaparecer, crece por la incertidumbre. Qué bueno que el conflicto entre policías y el gobierno llegó a un acuerdo civilizado, donde a pesar de que en algún momento se asomaron las intenciones  del autoritarismo, por las voces de los insensatos e insensibles, que por tener sus derechos plenamente satisfechos, no tienen la capacidad de ponerse en el lugar de los otros, para entenderlos, porque no reconocen que los policías son seres humanos con obligaciones sí, pero también con derechos, sobre todo, a ser tratados como personas dignas. Afortunadamente hubo diálogo. Esperemos que a partir de este diálogo, en el que ambas partes se han conocido y reconocido, se pueda empezar a trabajar entre ambos, en la conformación de una policía transformada, capacitada, instruida, comprometida con su labor, para que el Estado pueda otorgar a la sociedad la seguridad que está comprometido a darnos.  Más que andar hoy en la búsqueda  de ganadores y perdedores  en este conflicto, diciendo o comentando que si el gobierno cedió, que si los policías no consiguieron nada, este desencuentro que se vivió y que permitió el diálogo civilizado, debe servir como una oportunidad para demostrar que sí puede haber cambio verdadero, cuando se tiene voluntad y sobre todo, cuando ninguna de las partes deberá estar pensando en revanchas y tratando de imponer por sus “pistolas”, sus caprichos o intereses. Debemos demostrar –como decía Octavio Paz- “que la democracia no son sólo grandes palabras repetidas por labios de mentirosos”… El secretario de gobierno  dijo que no aumentó la delincuencia durante el paro de policías. Claro cuando se tiene un ejército de guaruras, lo que le pasa al pueblo sonpecata minuta. Qué pena.