ELENITA PONIATOWSKA, LA VOZ DE LOS SIN VOZ

FELIPA NERY

“El miedo al peligro es diez mil veces más terrible que el propio peligro.” (Daniel Defoe)

Elena Poniatowska,  quien llegó a México a la edad de diez años, en 1942 con sus padres que emigraron de Francia a consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, recibió el pasado martes en España, el Premio Cervantes de las Letras, de manos del rey Juan Carlos. En su mensaje, agradeció a los mexicanos que andan en la calle, la enseñanza del español. Este premio es el galardón más importante para un escritor en el mundo de la lengua española. Es la primera mujer mexicana que recibe esta presea, misma que han recibido tres mujeres más de otras latitudes, como Ana María Matute de Andalucía, María Zambrano de Málaga y Dulce María Loynaz, de Cuba; y grandes varones mexicanos como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol y José Emilio Pacheco, que en vida recibieron este galardón; al pronunciar su discurso ante el Rey, luego de recibir este reconocimiento, se dijo una “Sancho Panza femenina que habla de los andariegos comunes y corrientes, que cargan su bolsa del mandado, su pico o su pala, duermen a la buena ventura y confían en una cronista impulsiva que retiene lo que le cuentan”; dijo que esos son los personajes en los que se inspira, “en los de a pie, los que hurgan en la basura, los que viajan en autobuses atestados, los que se cubren la cabeza con sombreros de palma, los que aman a dios en tierra de indios”. El Rey Juan Carlos la elogió y consideró crisol de lenguas y culturas, porque da voz a los desfavorecidos, pone en evidencia las contradicciones del progreso, denuncia la discriminación social y toda clase de injusticias. Esta mexicana que ha dedicado su vida a escribir, pero que más que escritora, se considera periodista –Excélsior, Novedades, La Jornada, Televisa–, porque siempre ha estado en un medio de comunicación en el que pueda expresar sus ideas y sentimientos, ha alcanzado la gloria con sus ensayos, con sus publicaciones en las que a sus 82 años de edad sigue narrando la situación que viven los más pobres de este país. Hija de Jean Joseph Evremond Sperry Poniatowski, cuya madre era estadounidense y su padre de origen francopolaco, miembro del ejército que acompañó a Napoleón hasta Moscú; era sobrino del último rey de Polonia, Estanislado II Poniatowski; su madre  nació en 1913 en París, en una familia porfiriana exiliada en Francia tras la Revolución Mexicana; a temprana edad fue enviada a los Estados Unidos de Norteamérica a estudiar; en 1954 inició su carrera periodística; ha escrito libros de ficción “Lilus Kikus”, de cuentos “Todo empezó el domingo”, “Hasta no verte, Jesús Mío”, y “La noche de Tlatelolco”, que refiere la matanza de estudiantes ocurrida el dos de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres culturas. A pesar de ser una mujer que nació y creció en la aristocracia, Elena Poniatowska  ha luchado siempre, por los de abajo, por los jodidos, ha sido la voz de los sin voz.