La seguridad es responsabilidad de los trés órdenes de gobierno

Por: José Martínez

La cuestión de la seguridad pública es tema de candidatos, dirigentes políticos, diputados y autoridades. Se discute si se debe o no llamar a las fuerzas federales, pero como le señalaba ayer y en este sentido también fueron las declaraciones de Raúl Ojeda, secretario de Gobierno: no se trata de discutir si la presencia de la Gendarmería Nacional es o no necesaria, sino de comprender que existe desde el inicio de la actual administración una coordinación entre los tres órdenes de gobierno. Se puede afirmar sin temor a equivocarnos que la citada Gendarmería, cuerpo integrado por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto llegará a Tabasco cuando así lo considere el Consejo Nacional de Seguridad. De la misma forma que el Consejo estatal en la materia resolvería si se requiere o no una urgente intervención.

No deja de llamar la atención que el actual dirigente del PRI, Miguel Ángel Valdivia, se haya hecho eco de los reclamos al gobierno estatal en relación al problema de la seguridad, como también lo han hecho los dirigentes de Morena, en especial Adán Augusto López Hernández. De este último se entiende porque debe seguir la línea marcada por Andrés Manuel López Obrador, decidido a confrontarse con las autoridades estatales –es parte de su cálculo político-, pero resulta menos lógico que Valdivia de Dios, ex presidente del Consejo Estatal de Seguridad y gerente de una consultora privada en la materia desconozca los complejos entramados de la delincuencia y la violencia.

En fin, que todo mundo habla de los asaltos a transeúntes, de los atracos a casas y negocios, de los homicidios, violaciones y de ejecutados, de todo aquello que se relaciona a un ilícito, que como vemos se ha convertido en el ‘pan de cada día’. Esto no es ninguna novedad. Siempre se han dado estos delitos, pero desafortunadamente las condiciones abiertas a finales del 2006 con la apresurada declaración de “guerra al narco” (Felipe Calderón) dispararon los índices de la delincuencia, esparcieron la violencia de tal manera que los problemas se viven no sólo en Tabasco, sino en todas las entidades. Si acaso se salvan Hidalgo, Yucatán, Querétaro, Campeche y Tlaxcala. Pero sólo es cuestión de tiempos. Si se ignora la coordinación de los tres órdenes, esta mancha de aceite no dejará especio sin ocupar.

Por eso tiene que dejarse el mucho hablar y poco de actuar. No me refiero únicamente a las autoridades policiales, sino a la sociedad misma que debe contribuir a la parte que le corresponde.

Podría decirse, aunque nos incomode, que hemos permitido y contribuido a que la ‘bola de nieve’ crezca de manera acelerada. Hemos provocado, y no pocas veces aplaudido, más violencia.

Una muestra de lo que comento, son las famosas mantas que vecinos de algunas colonias se han tomado la molestia de colocar en las calles para amenazar a los delincuentes que de sorprenderlos cometiendo algún ilícito serán castigados por su propia mano. Es ahí donde las autoridades deben actuar de inmediato para concientizar de que esa no es la forma de frenar a la delincuencia. Recordemos que la venganza no es justicia; que la violencia sin ley es atropello y que puede dar lugar a injusticias.

HABERES

DESPUÉS de definida la terna para la presidencia de la Comisión estatal de Derechos Humanos (CEDH), los diputados avalaron la designación de Pedro Calcáneo Argüelles para ocupar el cargo que deja vacante Manuel Argáez. Los otros integrantes de la terna fueron Patricia Ordóñez León y José Antonio Morales Notario.