Se acabó el circo

Por: Felipa Nery

Con un amparo en la mano logró ingresar al Congreso del estado la priista Brígida Hernández, el pasado uno de marzo, luego de que por un acuerdo de las mayorías de las fracciones parlamentarias se le había impedido acceder al recinto legislativo desde principios del mes de febrero, según habría declarado el presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, Juan Pablo de la Fuente Utrilla, dicho que también habría sido ratificado por el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, José Antonio de la Vega Azmitia, y que habría sido negado por el representante de la bancada del PRI. Brígida Hernández es una mujer que siempre acompaña al Partido Revolucionario Institucional en sus eventos, que viene vestida con ropa muy sencilla, casi siempre con una falda short y una blusa sport, aunque a veces porta playeras de su partido y en su camisa trae colgados muchos botones y pines, de su partido, tanto en el edificio del PRI, como en el Congreso, insulta hasta a los mismos priístas y en  últimas fechas llegaba al Congreso a insultar y escandalizar con sus chinchines, o sonajas que trae para hacer mayor ruido; el escándalo y ofensas e improperios que lanzaba Brígida en el Congreso, se habían hecho común en el Congreso, no sólo por ella, sino por otros priístas, como militantes de otros partidos, en especial, el PRD, los partidos siempre llevaban sus acarreados para lanzar improperios en contra de los diputados, así lo hacía el PRD cuando el PRI era mayoría, y también el PRI llevaba sus huestes para lanzar las ofensas a los legisladores del PRD, a quienes les gritaban de todo. El Congreso del Estado se había se había convertido en un verdadero circo, donde todos insultaban a todos, incluso los legisladores mismos daban espectáculos en la más alta tribuna, de acusaciones mutuas, cuando alguno trataba de cuestionar al gobierno, pero igual lo hacían los priístas, que ahora los perredistas. Hoy, se ha puesto orden, porque el reglamento de las sesiones del Congreso contempla que durante la celebración de las sesiones públicas puede estar presente el pueblo, pero no pueden hacer intervenciones, es decir, no pueden hablar y mucho menos gritar, por tanto, esta nueva legislatura aplicó la ley a los que llegaban a gritar, y empezó con Brígida, quien es una mujer enferma, a la que le dan convulsiones, y a la que algunas veces hemos visto dando sus espectáculos parándose de cabeza. Para restituirle su derecho a regresar a las sesiones del Congreso del Estado, Lorena Bourregard de los Santos, junto con Lucía Santes Santiago, le promovieron un amparo ante la justicia federal, mismo que le fue concedido, y le permitió ingresar nuevamente al Congreso del Estado el pasado martes, pero ahora hizo el compromiso de ya no escandalizar, para que no la vuelvan a sacar. Lo positivo de todo esto fue, en primer lugar, que la justicia federal hizo valer el derecho de una ciudadana a ingresar al recinto legislativo y segundo, que con esta acción iniciada por el Congreso, todos los demás que llegaban a insultar, ahora ya saben a qué atenerse.