El Papa Francisco pidió hoy en su mensaje Pascual a quienes tienen en sus manos el destino de Venezuela a promover el diálogo y la colaboración, para que el país abandone “las difíciles condiciones en las que vive”.
Asomado al balcón central de la Basílica de San Pedro y ante más de 100 mil personas congregadas en la plaza vaticana, el Papa pasó revista a los principales focos de tensión del mundo, condenó el terrorismo y clamó por los refugiados.
Aseguró que Dios ha vencido “el egoísmo y la muerte”, y imploró que su mensaje se proyecte cada vez más sobre el pueblo venezolano, así como sobre los que tienen en sus manos el destino del país, para que se trabaje en pos del bien común, buscando formas de diálogo y colaboración entre todos.
“El mundo está lleno de personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu, mientras que las crónicas diarias están repletas de informes sobre delitos brutales, que a menudo se cometen en el ámbito doméstico, y de conflictos armados”, constató.