El cobijo que México brindó a los exiliados argentinos, que tuvieron que escapar de la última dictadura para sobrevivir, gestó una interminable oleada de gratitud y afecto que fue ratificada aquí durante un acto conmemorativo por el 40 aniversario del golpe de Estado.
La embajada de México en Argentina, ubicada en el barrio de Belgrano, fue el escenario elegido para recordar que hace cuatro décadas, a partir de una tragedia, los destinos de ambos países se entrelazaron por la hermandad.
En 1976, cuando se impuso el régimen militar que dejaría un saldo de 30 mil desaparecidos, México fue uno de los pocos países que abrieron las puertas de sus embajadas para proteger a militantes y a sus familias.
La sede diplomática de Belgrano tiene un gran simbolismo, ya que albergó durante años a perseguidos políticos como el ex presidente Héctor Cámpora, quien permaneció refugiado aquí durante tres largos años.
Muchos otros estuvieron en la casona que era territorio mexicano durante días, semanas o meses, hasta que lograban partir hacia México, en donde eran recibidos por el gobierno que les ofrecía casa y oportunidades de trabajo.