Consejeros del IEPCT merecen sanciones severas y hasta destitución

Por: José Martínez

Los consejeros del Instituto Electoral de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT), de nuevo están en las primeras planas. De los 56 mil 230 pesos mensuales que ganaban en 2014, hoy perciben un salario de 97 mil 937. En correspondencia con los 74 mil 242 que era su salario en 2015, se dieron un incremento de 23 mil 695 pesos. Es decir, que las percepciones salariales de los consejeros del IEPC superan a las de los magistrados del Tribunal Electoral de Tabasco (TET), que oscilan entre los 65 y 70 mil pesos mensuales. Y violan de esta forma el apartado C, Fracción III del artículo 9 de la Constitución Política de Tabasco.

Otras vez están metidos en el lodazal. No les importaron los cuestionamientos en su primer intento de hincarle el diente al presupuesto, tampoco los que se originaron a partir de las impugnaciones a las elecciones para la alcaldía de Centro que terminaron en la anulación, así como de algunas diputaciones locales que tuvieron que ser resueltas en la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con sede en Xalapa, Veracruz.

El jugoso y paulatino aumento salarial realizado de manera arbitraria –y creyeron que en lo oscurito- por los consejeros debería de ser llevado a una revisión exhaustiva ante la instancia correspondiente para ser sancionados de acuerdo a la ley. En este sentido se han pronunciado los diputados De la Vega, Medina Filigrana y Fócil Pérez, entre otros.

Las elecciones de 2015, donde se declaró la invalidez del triunfo del perredista Gerardo Gaudiano fue el resultado de los errores administrativos cometidos por los consejeros del IEPC, además de las impugnaciones que promueven el PRI y Morena ante los árbitros electorales debido a los resultados en las extraordinarias, significa que en efecto algo no funciona bien y tiene que haber sanciones correctivas contra los responsables como lo han propuesto algunas voces en la política local: que los consejeros sean separados del cargo, y que además se les inhabilite en lo subsecuente para que no participen en las tareas electorales, mismas en las que han quedado mucho que deber a los tabasqueños. Si hubiese más rigor podrían hasta terminar en la cárcel.

Además de herir al erario público, falta la sensibilidad de entender la crisis económica que atraviesa la Tabasco, lo que denota un insulto a la inteligencia por su desfachatez, al negar lo que está a la vista de todos. El gobierno estatal se aprieta el cinturón, pero los consejeros despilfarran.

Un problema grave es que ante lo evidente guardan silencio y se vuelven escurridizos para que la opinión pública no los enfrente. Qué falta de ética demuestran estos personajes liderados por la consejera presidenta Maday Merino Damián. De nada sirven los títulos profesionales cuando no hay vergüenza. Algunos hasta estudiaron precisamente apuntando a llegar a dónde se podían despachar a sus anchas.

HABERES

¿Con qué calidad moral pueden ejercer la autoridad requerida para sancionar cualquier proceso electoral? Hoy con la crisis económica y las limitadas oportunidades para poder adquirir un empleo digno, imagínense la reacción de un desempleado saber que en diciembre de 2015 estos consejeros se  hicieron un obsequio de 467 mil 270 pesos, donde 240 mil fueron por su derecho a aguinaldo. Consejeros millonarios con electores pobres va más allá de ser una simple paradoja: es el síntoma del abuso del poder que en nada abona a nuestra democracia.