La visita de Peña Nieto, Andrade, AMLO y los malentendidos

Por: José Martínez

EL PRESIDENTE Enrique Peña Nieto ha mantenido un trato deferente con Arturo Núñez, gobernador de Tabasco. Así lo confirman testigos de los diversos actos en los que el Ejecutivo federal y el mandatario estatal han coincidido. Tanto en las reuniones de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), como en los encuentros sobre seguridad, educación, desarrollo social, entre otros. Por supuesto que también en materia de políticas petroleras en las que, con respeto a las diferencias, tanto Peña como Núñez coinciden en que es necesario evitar una crisis. Hay visiones distintas pero se revisan con franqueza.

Nos cuentan que si hay un gobernador al que la Federación le tiene respeto es a Arturo Núñez.  Es tal la cercanía institucional –subrayan esto de “cercanía institucional”- que ha provocado una injusta descalificación de parte de Andrés Manuel López Obrador, quien habla inclusive de un “pacto secreto” en su contra. Se entiende la posición adoptada por el fundador de Morena y ex candidato del PRD, su estructura electoral no le dio resultados inmediatos en Tabasco; pero realmente inexplicable la actitud asumida por el ex gobernador Manuel Andrada, actual líder de la fracción del PRI en el Congreso local. Ésta última sólo puede entenderse como un afán revanchista.

A Núñez, nos dice un cercano colaborador de Peña Nieto, lo avala su formación profesional y su experiencia en la administración pública; recuerda que fue no sólo subsecretario de Gobernación y director-fundador del Instituto Federal Electoral, sino también presidente de la Cámara de Diputados a nivel federal y senador de la República. Es actualmente un interlocutor calificado entre la dirigencia del PRI encabezada por Manlio Fabio Beltrones –de quien no niega su amistad- y la nacional del PRD, actualmente a cargo de Agustín Basave.

Se especuló en un principio que por venir de un gobierno de la alternancia (un bloque del PRD), Núñez tendría poco margen de maniobra con una presidencia en manos del PRI. Sin embargo, la institucionalidad le ha servido al tabasqueño para mantener la estabilidad social en el estado, tan necesaria para la entidad como para la república. Como el propio Núñez lo ha definido: se trata de la ética de la responsabilidad, por encima de la ética de la convicción cuando se desempeñan funciones públicas.

Andrade Díaz –actual delegado del PRI para las elecciones de Quintana Roo-, es uno de los que ha insistido en que no había inversiones federales en Tabasco por la “mala relación”, según su dicho, entre Peña y Núñez. Lo mismo afirma Federico Madrazo. Al paso de la reiterada afirmación del ex gobernador y ahora diputado salió el secretario de Gobierno, César Raúl Ojeda, quien lo calificó como un mezquino, temerario y falso.

Sostuvo Ojeda: “Hay un ambiente favorable entre el presidente Peña y el gobernador Núñez, hay una versión de que total ni votaron por él; eso muestra la pequeñez de la visión que no corresponde a la visión generosa ambos Ejecutivos”. Como dijo el clásico: los hechos hablan.

HABERES

UN  NOVEDOSO sistema de “Subasta Electrónica Inversa” fue aplicado en Tabasco para determinar qué institución bancaria ofrece mejores para un crédito por 450,000,000.00 (Cuatrocientos cincuenta millones de pesos),  que serán asignados al nuevo “Sistema de Justicia Penal en el Estado de Tabasco”, según informó la Secretaría de Planeación y Finanzas que encabeza Amet Ramos Troconis. A reserva de que comentemos más ampliamente ese esquema, destaquemos que sólo Guanajuato e Hidalgo han aplicado este proceso de subasta en materia de deuda pública, lo que ofrece mayor transparencia.