Una relativa calma dominaba el jueves la ciudad siria de Alepo, asolada por la guerra, después de un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia para prolongar el cese de las hostilidades, que se había desmoronado tras casi dos semanas de violencia entre los rebeldes y las fuerzas del Gobierno que causaron decenas de muertos.
Los medios estatales sirios dijeron que el ejército cumpliría el “régimen de calma” en la ciudad que entró en vigor a la 1 a.m. (2200 GMT de ayer) durante 48 horas.
Pero el ejército acusó de nuevo a los insurgentes islamistas de violar el acuerdo por la noche en lo que calificó de bombardeo indiscriminado de algunas zonas residenciales de la ciudad que están bajo el control del Gobierno.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que al menos una persona murió en un bombardeo rebelde por la noche en el barrio de Midan, en la parte controlada por el Gobierno. Los medios estatales dijeron que los cohetes alcanzaron el distrito de Nuevo Alepo.
Un habitante contactado en la zona este de la ciudad, controlada por los rebeldes, dijo que aunque los aviones militares volaban por la noche, no hubo ataques como los vistos en los últimos 10 días de bombardeos.
Algunas personas de diferentes distritos se aventuraban a salir a las calles, donde había abiertas más tiendas que habitualmente, dijo un vecino del barrio de al Shaar.
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