Señales de alarma en el PRI por elecciones próximas

Por: José Martínez

El panorama electoral para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no es nada alentador en los 12 estados donde se disputarán las gubernaturas el próximo 5 de junio. Según encuestas de la consultora Gabinete de Comunicación Estratégica  (GCE), el PRI podría perder el estado de Veracruz, donde los últimos acontecimientos como la explosión de la planta productora de PVC operada por la compañía Mexichen ocurrida en Coatzacoalcos, las desapariciones forzadas, los asesinatos contra periodistas y el descontento general por el ambiente de inseguridad que padece aquella colocan al ánimo de los votantes en contra del tricolor.

La preocupación en Los Pinos no es para menos. El 7.9% del potencial electoral nacional del PRI está representado en el vecino estado, y sería casi catastrófico que lo perdiera pues su candidato Héctor Yunes Landa tiene el 48% de rechazo entre la población votante. Según las mediciones de GCE esto es debido a la impopularidad del actual gobernador Javier Duarte, a quien la cúpula nacional de este partido ha protegido casi hasta el final. El resultado ha sido el descontento de los veracruzanos, aunque los cálculos del equipo de Manlio Fabio Beltrones iba en el sentido de que había que reforzar a Duarte para que no perdiera el PRI. Mal.
El efecto Yunes Landa también repercutiría en el candidato de la coalición PAN-PRD, donde el abanderado es Miguel Ángel Yunes Linares, quien después de un repunte inicial comienza a perder terreno.  Las posibilidades mejoraron para Cuitláhuac García, de Morena; el independiente Juan Bueno aparece en el fondo.
Otro candidato tricolor que representa registra un 39.5% de rechazo es Alejandro Murat en Oaxaca; en Puebla los números están contra el tricolor, donde Antonio Gali (PAN) encabeza las preferencias. Esta entidad representa el 5.6% del electorado nacional. En Quintana Roo el priista Mauricio Góngora cuenta con el 34.3% de desaprobación y le abre el camino al expriista Carlos Joaquín, quien representa a la coalición PRD-PAN y es medio hermano del secretario de Energía.
Difícil será la contienda en general para el priismo debido a la mala popularidad que arrastra el presidente Enrique Peña Nieto. Son muchos los factores negativos que acompañan a la mayoría de los abanderados priistas en los 12 estados del país. Los gobernadores de Veracruz y Tamaulipas registran la mayor desaprobación ciudadana incluso muy por debajo de la misma del presidente Peña Nieto; en estas dos entidades el crimen organizado tiene mayor presencia y donde los derechos humanos han sido vulnerados con mayor gravedad.
Mientras tanto en Tabasco, una radiografía menor -pero no por ello menos significativa de la catástrofe que se le viene encima al PRI- son las discrepancias entre su plana mayor y personajes distinguidos. Son públicos los desencuentros y guerras internas por los cotos de poder. No han hecho más que evidenciar la ruptura a raíz de las elecciones de 2012, donde el viejo régimen fue derrotado y prácticamente desmantelado. Aunque ya adelantaron la carrera por la dirigencia estatal, los priistas saben que tienen que esperar el saldo de las próximas elecciones.

HABERES

UNA NOTA hace evidente todo lo que se tiene que caminar en la recuperación de la economía tabasqueña: el 70% de los productos de la Central de Abasto vienen de otros estados. La brutal dependencia de la extracción petrolera tiene sus consecuencias en la oferta local de alimentos.