Bélgica fue amo y señor de la pelota, pero ante la historia italiana eso suele terminar en una mera anécdota. La Squadra Azzurra tuvo una en el primer tiempo y convirtió, luego se defendió y terminó matando para ganar 2-0 y llevarse los primeros tres puntos en su debut en esta Eurocopa.
Un trazo largo desde media cancha que encontró a Giaccherini fue suficiente para que la defensa belga fuera rota y el volante italiano definiera ante la salida de Courtois. No era necesario más.
Y es que Bélgica se adueñó de la pelota con la complicidad italiana de defender y buscar a través del contragolpe un gol que “matara”.
Nainggolan tuvo la única de peligro en el primer tiempo con un disparo lejano que Buffon rechazó de gran forma, pero luego se perdió la idea del último pase. Bélgica tardó casi 70 minutos en saber qué hacer una vez que estaba frente al área italiana.
Origi, Mertens y Carrasco fueron las opciones del técnico Wilmots, abrieron la cancha pero los centros se volvieron tan predecibles que Italia supo cómo resolverlos.
Fue en la recta final del partido cuando Origi tuvo las dos más importantes. La primera la conectó de más cuando solo era desviar con la cabeza y en la segunda simplemente remató al aire cuando estaba pleno frente al arco.
Y entonces, en tiempo de compensación, Italia mató. Candreva recibió en el área ante la desfondada defensa, cedió a Pellé, quien prendió la pelota de aire para poner el 2-0 definitivo.
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