Avances y retrocesos

Por: Felipa Nery

Hoy en día, cuando los seres humanos que habitamos en este planeta ya deberíamos vivir en paz, en armonía, respetándonos unos a otros y siendo solidarios, después de tantas luchas que ha librado la humanidad, como la independencia de países poderosos que los conquistaron, como el caso de América, o las guerras religiosas que se dieron en el siglo XVI, iniciada por la iglesia católica en contra de Martín Lutero, que provocó un cisma en la poderosa iglesia católica; la nación del Estado Moderno y el derrumbe de las monarquías, en el siglo XVII, así como la Guerra de Independencia de las 13 Colonias que dieron paso a los Estados Unidos de Norteamérica, la guerra de Independencia de México,  la Revolución Industrial del siglo XIX en Francia, la Revolución Mexicana, la Primera y Segunda Guerras Mundiales, todas estas luchas, en las que se derramó la sangre de millones de personas luchando en contra de los abusos del poder, de quienes se aprovechaban de la ignorancia, de luchas por la libertad; después de todo esto, nació en 1945 la Organización de las Naciones Unidas con el fin de colaborar en pro de la paz mundial, promover la amistad entre todas las naciones y apoyar el progreso económico y social; pero además, se creó la Unión Europea, con esta misma finalidad, de apoyarse mutuamente los países europeos. Hoy, a pesar de todos los acuerdos de paz internacional, de los tratados internacionales y los organismos regionales que protegen y promueven el respeto a los derechos humanos, las cortes penales internacionales, nada de esto ha servido para que los hombres del mundo alcancen la paz y puedan vivir tranquilos. Como en las épocas de las barbaries, los países poderosos siguen haciendo la guerra a otros países, ahí tenemos las guerras más recientes, la de Estados Unidos y sus aliados europeos contra Irak, en busca de Sadan Husseim, que supuestamente tenía armas químicas que amenazaban la paz del mundo y ahora la guerra que ha declarado el Estado Islámico al mundo, a través de actos terroristas. Pero el mundo no sólo tiene que cuidarse del Estado islámico, conformado por militantes seguidores de Hussein, sino que además de cuidarse de enemigos externos, se tienen que proteger de los enemigos internos, de las guerras de odios que existen al interior de los países, ahí tenemos al vecino, en la lucha de los negros contra los blancos, contra los homosexuales y ni si diga en nuestro país, donde la sangre corre día a día, en todos los rincones del país, en una guerra interna del Estado contra civiles involucrados en la delincuencia organizada del narcotráfico, los secuestros, y ahora, los odios que nacen del pueblo en contra de los malos gobernantes, que como en 1910, el pueblo ya está harto de la corrupción de los gobernantes, mientras que la gente vive en la pobreza extrema. En fín, que el mundo y en particular en nuestro país, no hemos aprendido de los derramamientos de sangre que han padecido nuestros antepasados, por lo que hoy la historia se repite.