El Papa Francisco imploró hoy que se disperse “todo proyecto de terror y de muerte”, para que ningún hombre “ose nunca más derramar la sangre del hermano”, tras manifestar su solidaridad con Francia por el atentado del jueves en Niza.
Tras bendecir a una multitud de más de 30 mil personas, congregadas en la Plaza de San Pedro para el rezo del Angelus dominical, mandó “un abrazo paterno y fraterno a todos los habitantes de Niza y a toda la nación francesa”.
“En nuestros corazones está vivo el dolor por la masacre que, la noche del jueves pasado, segó tantas vidas inocentes, incluso tantos niños. Estoy cercano a cada familia y a la entera nación francesa en luto”, dijo, asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico del Vaticano.