En el PRI, urgente una autocrítica y reestructuración

Por: José Martínez

Después de que el PRI sufrió una derrota histórica en la entidad en el 2012, y llegó la alternancia, el antiguo partido gobernante entró en una crisis de la que aún no se recupera. Parece no haber aprendido la lección de las confrontaciones internas y ahora ahonda sus discrepancias. Muchos de sus militantes han visto la oportunidad de emigrar a otros partidos.

Las fracturas cobraron facturas, a tal grado que pasaron a ocupar la segunda fuerza en el estado, y recientemente la tercera con la llegada de Morena. Esto se observó en los comicios extraordinarios del 2016.

En esta entrega quiero referirme a un priista, a quien la militancia le tuvo la confianza para darle un mejor rostro al partido, al que pensaban sería la persona que armonizaría los distanciamientos pero que hasta la fecha no ha logrado conciliar. El ahora diputado Manuel Andrade Díaz, quien ofreció renunciar a la coordinación de su bancada en caso de que algún legislador abandonara la fracción.

Al llegar al Congreso local, el político tabasqueño le apostó a su retórica, a un estilo que pretendió ser coloquial e irónico, pero hasta el momento esto no se ha reflejado ni en la unidad de objetivos en la bancada tricolor ni en la operatividad para evitar ser avasallados, o por lo menos verse propositivos.

No es un secreto que el ex gobernador Andrade Díaz se percibe alejado de su dirigencia estatal, en la cual todavía permanece Miguel Ángel Valdivia. Aunque logró asumir la coordinación de la bancada lo que vino después fue la división de sus compañeros, entre ellos el propio Adrián Hernández Balboa, ex dirigente tricolor.

Como delegado del CEN priista en Quintana Roo, en sustitución de Ulises Ruiz, el escenario que tuvo fue adverso; la estrella que obtuvo en Colima fue opacada por una derrota en tierras caribeñas.

En una entrevista fechada en 2015, durante la gira que realizó junto con la dirigente nacional de la CNOP, Cristina Díaz Salazar, en el fraccionamiento ‘Las Mercedes’ y la colonia Gaviotas, aseguró que sería “la piedra en el zapato” de la actual administración.

Ahí señaló que conocía muy bien el manejo del Poder Legislativo, sobre todo porque era la tercera vez que estaría en el Congreso, aunque en esta ocasión no midió bien, ya que se olvidaba que estaría en calidad de oposición.

“Yo llego por la vía plurinominal, y los plurinominales representamos los intereses del partido, y yo voy a representar cabalmente los intereses del PRI”, indicó.

Abundó que la fracción mayoritaria la haría en el Congreso el PRI; “vamos a ganar la mayoría de los municipios también, entonces va haber un gobierno dividido”, acotó.

Andrade Díaz, quien se ha definido como un político profesional, a pregunta expresa de si era respetuoso, señaló que la gente a él no lo conoce por grosero, “me conoce por mal hablado, pero no por grosero, conmigo no van a tener problemas, creo que es más la angustia de algunas gentuzas que trabajan cerca del gobernador o en el gobierno del Estado que están preocupados, el Gobernador no creo que esté preocupado, además nos conocemos muy bien los dos”.

Pasada la derrota del 2015 y la del 2016 en tierras tabasqueñas, los saldos no son favorables para el tricolor en el Congreso. Patricia Hernández Calderón dejó de ser diputada priista y está en camino de engrosar las filas perredistas. Malas señales.

HABERES

DESPUÉS de una quinta reunión, los locatarios del mercado Pino Suárez echaron reversa. Ahora reclaman derechos y garantías. Un cuento de no acabar. Mientras, en otros sitios la modernización avanza.