Por: Felipa Nery
El ex alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani, que desarrolló la campaña tolerancia cero a la inseguridad, que les redituó excelentes resultados, declaró a medios de comunicación, que él estuvo en el encuentro de Enrique Peña Nieto con Donald Trump, porque se encargó previamente de la agenda que se trataría en el encuentro, y se acordó que el tema de la construcción del muro fronterizo no se tocaría, pero que ya en la conversación con Trump, fue el presidente Enrique Peña Nieto quien se refirió al tema y él le recordó que ese tema no estaba en la agenda; lo anterior, desnuda tanto a Enrique Peña Nieto, como a Donald Trump, como unos mentirosos, pues ambos habían dicho que en el encuentro se discutió el tema del muro. Trump habría dicho en un encuentro de campaña a sus connacionales, con los que se reunió después de estar en México con Enrique Peña, que había dejado claro que México pagaría la construcción del muro, lo que levantó la ovación, no sólo de quienes se encontraban en ese encuentro, sino que le ha mejorado en puntos en relación a su rival demócrata Hillary Clinton, esto, gracias a nuestro presidente que permitió que viniera a mofarse del pueblo mexicano en su propia casa; del Informe del Presidente Enrique Peña, bueno, del “diálogo con jóvenes”; mejor montado no pudo estar el teatrito. Llevaron a jóvenes que reciben, o han recibido algún beneficio económico y que por temor a perderlos, hicieron preguntas “cómodas”, para que el señor Presidente pudiera responderlas sin mayores contratiempos; salvo un joven que al final del encuentro hizo algunas interrogantes, aunque no podía articular de manera clara sus oraciones, tal vez por temor, en ese encuentro del jueves en palacio nacional, fue sin duda, una decisión tan mala, o peor, como la de traer de invitado a Donald Trump a Los Pinos; ese “teatro” mandó el mensaje de que parecería que en este país no hay jóvenes con la capacidad suficiente para cuestionar con argumentos el mal gobierno que tenemos en México; pero ésta no es la realidad, porque lo único cierto de ese teatro, es que a ese encuentro no se permitió la entrada a los jóvenes que tienen preparación y capacidad para interpelar al mandatario, los únicos que tenían permitido ingresar, fueron los “jóvenes” que previamente seleccionaron, pero ya sabemos cómo es este asunto; así que el único que se vio mal, fue el Presidente Peña, que tuvo dificultad hasta para responder las preguntas “comodas”. Y la muerte repentina del Divo de Juárez, Juan Gabriel, no le ha ayudado mucho al gobierno como distractor, porque sus familiares no se prestaron a utilizar el cadáver del ídolo de millones de mexicanos; primero lo veló su familia sola, después lo incineraron, y cuando fueron superaron su duelo, trajeron las cenizas a Ciudad Juárez, donde recibió su primer homenaje en suelo mexicano y ahora que están en el Palacio de Bellas Artes. Querían hacer lo mismo que con el cuerpo de “Chespirito”, pero no lo lograron.
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