Por: Felipa Nery
Para desfortuna de los mexicanos, el candidato republicano a la presidencia del vecino país del norte, Donald Trump, se perfila rumbo a la Casa Blanca; su popularidad ha aumentado en los últimos días; primero, a raíz de su visita a nuestro país, en la que vino a mofarse de nosotros los mexicanos en nuestra propia casa, porque el presidente Peña lo invitó a venir a México; eso le arrancó el aplauso de sus connacionales trabajadores a los que dice defender en contra de los migrantes, que según él, dejan sin trabajo a los norteamericanos y creció más, cuando la candidata demócrata Hillary Clinton se desvaneció y fue auxiliada por sus ayudantes, lo que la mostró ante el electorado norteamericano y el mundo, como una mujer agotada, cansada y enferma, situación que se confirmó, al darse a conocer que tiene neumonía. Si bien se reincorporó a su campaña el viernes pasado, lo cierto es que no se ve que esté del todo bien en su salud y se ve como una mujer débil, por lo que considero que Trump, quien dice estar muy bien de salud, que él sólo toma medicamento para que le baje el colesterol, se perfila más hacia el triunfo, pues aparenta ser un empresario exitoso, triunfador y con su gran estatura de 1.88, ante la pequeña estatura de Hillary, parece ser un hombre poderoso y por esto, los trabajadores de su país, que en los últimos años se han visto en dificultades económicas, lo ven como un salvador, porque Trump les promete trabajar por ellos cuando llegue al gobierno. Veo en Trump, el mismo fenómeno que vivió México en el año 2000, cuando millones de mexicanos vieron en Vicente Fox, las esperanzas de alcanzar un mejor nivel de vida, pues nos mostraban a un empresario exitoso, poderoso, pero además, con su discurso de acabar con las tepocatas, alimañas y víboras prietas, en referencia a los políticos corruptos y derrochadores del presupuesto público, que se habían mantenido en el poder durante muchos años, se lo creyeron; sin embargo, cuando llegó al poder, lo único que supimos fue que no sólo no acabó con esas tepocatas, alimañanas y víboras prietas, sino que él mismo las alimentó en Los Pinos durante los seis años que estuvo ahí, hay que recordar, las denuncias de corrupción por los grandes negocios de los hijos de su esposa, la señora Marta Sahagún, además, desde su llegada a Los Pinos, se conocieron los derroches de esta “Familia Real”, gastos millonarios para remodelar las cabañas donde vivirían sus hijas, compra de toallas, sábanas y vajillas de porcelana a precios exageradísimos, y finalmente resultó un fiasco de gobierno. Barack Obama dice que nunca como hoy, los norteamericanos tienen a una persona tan preparada y capaz, para hacerse frente del gobierno; sólo que hemos visto en los últimos tiempos, que desafortunadamente, en la democracia no gana siempre el que tiene una mejor preparación para llegar al poder –como en este caso sería Hillary–, sino los populistas y demagogos que saben hacer uso del marketing político, a través de los medios de comunicación.
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