La inseguridad como campaña para desestabilizar

Por: José Martínez

Las redes de internet se han convertido en un espacio de comunicación alternativa, y en una herramienta de expresión ciudadana, que incluso ha llegado a poner en peligro a medios de comunicación convencionales. También ha sido herramienta contra gobiernos y grupos autoritarios; pero también a la inversa: grupos e individuos antisociales lo tienen como poderosa tierra sin ley.

En algunos lugares de México, sobre todo en los estados del norte, pueden ser consideradas como la diferencia entre la vida y la muerte, ya que sirve para alertar a la población sobre los sitios donde están ocurriendo acciones del crimen organizado, y de esa forma evitan la zona de peligro.

A pesar de su importancia, también se han registrado casos de gobiernos estatales que han querido censurar las redes, principalmente para evitar las críticas. Situación que se vio fortalecida cuando en Veracruz se dio el caso de la detención de dos personas que habían difundido supuestos actos de violencia en el puerto que alguna vez fue capital jarocha.

En Tabasco durante la administración de Andrés Granier, se intentó tipificar el “Delito de alarma social”, y señalaba que todo aquel que, por diversos medios, incluidos electrónicos, pudiera generar alarma en la sociedad podía pasar varios años de su vida en la cárcel.

Decenas de tuiteros y usuarios del facebook en ese entonces manifestaron su preocupación por que no sabían si accidentalmente unos de sus mensajes pudieran causa alarma en la sociedad, y ser objeto de una condena penal. Afortunadamente la iniciativa no prosperó, y sólo quedó como anécdota.

Todo esto viene a la memoria ante los diversos mensajes que se difundieron, vía aplicación de mensajería instantánea la semana pasada, sobre todo en el municipio de Cárdenas, donde un supuesto grupo criminal amenazaba con desatar una serie de ataques armados a las escuelas de dicho municipio.

Tristemente lo que buscaban los autores de estos mensajes se cumplió. Los padres de familia prácticamente derribaron las puertas de las escuelas exigiendo a los maestros que les entregaran a sus hijos ante el virtual peligro. Esto ocurrió durante dos días. Algunas escuelas suspendieron clases en algunos turnos, y otros decidieron no enviar a sus hijos a los planteles educativos.

Al segundo día de esta situación anómala las autoridades emitieron un comunicado para desmentir los mensajes alarmistas. La policía cibernética, un cuerpo especializado del gobierno federal, se hizo cargo de la investigación de los orígenes de esta campaña.

Esta situación nos invita a la responsabilidad. No debemos convertirnos actores y canales de difusión de estos mensajes. Lo único que buscan es crear pánico en un escenario virtual que repercute en el estrés de nuestra población.

La policía deberá indagar a fondo. ¿A quién beneficia las situaciones de pánico? ¿De verdad es el crimen organizado o serán grupos políticos revanchistas?, ¿a alguien les interesa hacer quedar mal al gobierno a costa de la población tabasqueña? Esclarecerlo es parte de la protección que requiere la población.

HABERES

HAY QUE PAGAR impuestos. El SAT es implacable, aunque debería existir sensibilidad social para no dañar a quienes trabajan y viven al día. Por lo pronto el obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas, comentó que estos pastores empezaron a capacitarse ante las obligaciones fiscales que deben cumplir. Señaló que deben adaptarse a este nuevo procedimiento, sobre todo a la elaboración de facturas electrónicas.