Por: José Martínez
El pasado once de octubre se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo intersecretarial 117, documento que los pescadores del Golfo de México esperaron por más de 13 años. Se trataba de dar reversa a un convenio suscrito en el 2003, entre las secretaría de Marina, de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, y la de Comunicaciones y Transportes. Hace más de una década fue un duro golpe para la economía de la región.
La esencia de ese acuerdo era prohibir la pesca en una extensa zona del Golfo de México, y que rodeaba a las plataformas petroleras que se encuentran en el mar.
El argumento en su momento fue que las plataformas son estructuras estratégicas para la nación, y que era importante protegerlas ante un eventual sabotaje o ataque terrorista. Asimismo, criminalizaba la pesca al señalar que todo aquel que no fuera petrolero, era una potencial amenaza si ingresaba a la zona de exclusión.
Parecía que el fin de la veda de la pesca en el mar había llegado a su término, pero revisando el acuerdo publicado en el Diario Oficial el pasado 11 de octubre, salta a la vista que la restricción en altamar continúa, aunque ahora se ha puntualizado en algunas zonas específicas.
La pesca no se podrá hacer a menos de 2 mil 500 metros de una plataforma petrolera. Sin embargo, se incluye ahora la restricción en un radio de cinco kilómetros cercanos al punto de exportación de petróleo. Las embarcaciones pesqueras no podrán, en ningún momento, obstruir el paso de las barcas petroleras, las cuales tendrán la preferencia. Así lo dicta el acuerdo publicado. Es decir, los pescadores utilizarían el mar para su actividad, cuando los petroleros se mantengan fuera.
El acuerdo publicado menciona dos plazos para terminar de abrir, a medias, el Golfo de México. El primero es de 30 días para que las dependencias federales definan dónde se encontrarán las nuevas zonas de seguridad, el plazo entre plataforma y plataforma; y seis meses después definirán las zonas en las que se permitirá la pesca.
La flota pesquera y pescadores de altamar en Tabasco y en Campeche prácticamente han desaparecido en los últimos años; primero con los recursos que el Gobierno federal implementó para la compra de los permisos de pesca a las cooperativas, y permisionarios que se vieron afectados por el acuerdo intersecretarial 117, y después con los programas de apoyo para que produjeran en tierra lo que capturaban en el mar, la idea -efectivamente- era sacar a los pescadores de esas aguas, y dejar que la actividad petrolera se realizara sin ningún contratiempo.
Hoy la pesca ha sido desplazada territorial y generacionalmente. Los hijos de pescadores ya no querían arriesgar su vida saliendo a altamar, más allá de las plataformas con sus embarcaciones inseguras.
La actividad petrolera llevó casi al exterminio a la pesca de mar, hoy por acuerdo federal quieren revivirla… ¿para quién o para qué? ¿Será el inicio de la cuarta Zona Económica Especial? Acabada o en declive la derrama de recursos provenientes del petróleo, no se ve una decisión a fondo para apoyar otras actividades productivas.
HABERES
CANDITA Gil, ex rectora de la UJAT, y hoy titular a nivel nacional del Conalep, regresó a los reflectores locales. Por lo menos le han publicado en este mes tres eventos. En el último declaró que “nunca me voy a descartar de nada”. ¿Vendrá al rescate del PRI en la entidad? Claro que se anotará para el 2018, como muchos otros que ya iniciaron una carrera más en la política.
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