Por: José Martínez
En el mes de agosto, el secretario de Desarrollo Agropecuario Forestal y Pesquero, Pedro Jiménez León, aprovechó una entrevista en la que hablaba de los avances de la dependencia a su cargo para anunciar que buscaría ser candidato para la gubernatura rumbo al 2018. Le puedo asegurar que no fue una confirmación casual. Días antes, una encuesta radiofónica colocaba sólo como posibles abanderados del PRD a José Antonio de la Vega, Juan Manuel Fócil, Gerardo Gaudiano y Oscar Cantón.
En aquella entrevista, el funcionario se adelantó que dejaría el cargo en el momento que establece la ley electoral, y lo dejó al tiempo, para el año 2017, apartando su lugar, y de pasada señaló que pudiera ser por el Partido Movimiento Ciudadano, descartando ir en alianza con Morena por la negativa de su líder.
Una vez arriba del ring, Jiménez León argumentó que tiene todas las facultades para darse esa oportunidad, aunque aceptó que sólo no podrá ir, y llamó a una coalición de partidos de izquierdas que lo pudieran arropar.
Marcado por lo sucedido a principios de 1995 en Plaza de Armas, cuando fue señalado por haber participado en el enfrentamiento contra perredistas -aunque ahora lo niega-, Jiménez León se ha declarado institucional. Después aquella confrontación fue nombrado secretario de Comunicaciones y Transportes del estado en el gobierno de Roberto Madrazo. Fue después diputado local, y a partir de 2009 legislador federal por la vía plurinominal.
Su postulación al gobierno la viene tejiendo desde el 2012, después en el 2015 empezó a tener reuniones con agrupaciones de posible apoyo. ¿Qué pierde Jiménez León al aventurarse en esta carrera? Nada. Al contrario, su nombre ya está en la arena política.
En esta misma tesitura no se quiso quedar atrás David Gustavo Rodríguez Rosario. Casi en el mismo esquema que el de Sedafop, ahora fue el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo quien anunció que va por la nominación al gobierno estatal. No dijo por cuál partido, aunque hasta el momento no está afiliado a ninguno. Habló de su actividad en la administración y de paso de sus aspiraciones. Funcionario y aspirante.
Como antecedente, Rodríguez Rosario miró hacia la presidencia municipal en el pasado proceso. Fue momentáneo. La historia se escribió de otra manera.
Sostiene que su aspiración no es una ocurrencia, porque -según él- cuenta con experiencia y preparación, aunque para los de abajo (no es alusión a la novela de Mariano Azuela), es un personaje aún de bajo perfil.
Hace unos días, el gobernador del estado, Arturo Núñez Jiménez, sostuvo que en los nuevos tiempos democráticos no hay tapados, como ocurría en la era del PRI.
Pero también subrayó algo interesante sobre los funcionarios que ya dicen querer participar: deben respetar los tiempos legales, no usar las dependencias donde hoy están para promover su imagen, porque de lo contrario podrán ser demandados ante las instancias electorales.
El llamado es claro, preciso, de atención, y lo dice alguien que sabe cómo se manejan los hilos del poder y también uno de los personajes que ayudó a construir nuestras actuales instituciones electorales. Pero hay más.
HABERES
ACUSAN a Enrique Peña Nieto de haber permitido que Javier Duarte, gobernador con licencia de Veracruz, haya escapado. La búsqueda, donde ya intervinieron autoridades como la Interpool, hoy es puro cuento. Tienen poco tiempo para demostrar lo contrario. Aunque allí hay un hilo muy fino que conduce hacia los malos muy malos.
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