Los aspirantes a la Casa Blanca Donald Trump y Hillary Clinton recorrieron Estados Unidos el domingo en los últimos actos de campaña antes de la elección del martes, en los que el candidato republicano afirmó que representaba “la última oportunidad” para el país y Clinton dijo que había llegado “la hora de la verdad”.
La mañana del lunes, Hillary Clinton tinia tres buenas razones para sentir una dosis de alivio, ya que no habrá cargos criminales en su contra, sus números están estables en las encuestas nacionales con una ventaja de entre cuatro y cinco puntos porcentuales, y su triunfo está más cerca que nunca.
Mientras tanto, Donald Trump necesitará un golpe de suerte muy grande, una asistencia a las urnas sin precedentes, que todas las encuestas estuvieran mal, ganar en Florida, Ohio, Iowa y Nevada; es decir, barrer en los llamados estados campos de batalla, y arrebatarle a Hillary Clinton, Pennsylvania, Michigan y Minnesota.
Sin embargo, en estas últimas 24 horas, ambos candidatos buscan centrarse en las propuestas de campaña y acercarse al 13 por ciento de la población que está indecisa.
Asimismo, la campaña de Hillary Clinton ha buscado dejar atrás la controversia del director del FBI, James Comey, quien en días pasados, informó que se reabriría la investigación del servidor privado que tenía la candidata demócrata, además de que no está muy claro qué peso tuvo esta declaración en los electores.
Ante esto, de ganar Hillary Clinton o de ganar Donald Trump, tendrán una relación muy especial con James Comey, quien por ley, ya no puede ser removido en diez años, de los cuales, apenas lleva tres.
DURA BATALLA
Además de la carrera por la Casa Blanca, el martes se disputará también una dura batalla por el control del Congreso de Estados Unidos, que definirá la política del país durante los próximos dos años.
Facebook
Twitter
YouTube
