El Encuentro de poetas indígenas realizado en la FULTabasco Internacional 2016, a petición de estudiantes y maestros, se convirtió en análisis de problemas y propuestas para la permanencia de las lenguas originarias de México.
Coordinados por Aarón Rueda, en el escenario Zona de la Cultura, leyeron sus poemas el zapoteco Esteban Ríos Cruz, el yokot’an Isaías Hernández Isidro y el náhuatl Simón Cojito Villanueva.
Al término de la lectura, los poetas respondieron a la pregunta: ¿qué tanto es consumida la lectura de poemas en esos idiomas?
Aunque Ríos Cruz puso a la venta, en la mayoría de los casos regaló, su libro Al pie de la noche, Xaniaa gueela’, publicado por Conaculta-Fonca, indicó que no hay una editorial que se aboque a publicar en lenguas indígenas.
“Más bien son publicaciones domésticas, y la verdad es que hay un problema con las lenguas indígenas, nosotros lo escribimos, pero los lectores solamente lo leen en español”, reconoció.
Por ejemplo, dijo, el zapoteco es como cualquier lengua, se tiene que alfabetizar, porque una es la cuestión oral y otra, la escrita, es mucha la diferencia.
“Ésa es una de las dificultades de la lengua indígena y en verdad se requiere un trabajo muy grande donde las familias intervengan porque no hay un mejor lugar que aprender una lengua que el seno familiar”, recomendó el oaxaqueño.
Destacó que “el lenguaje es una cuestión afectiva, encierra la filosofía de la vida y sobre todo la manera de interpretar el mundo, la familia, y ésa es una tarea inmensa”.
El tabasqueño Hernández Isidro expuso que la UJAT tiene una asignatura en lengua yokot’an y que ya hay personas que saben hablarlo, pero, en lo particular, “somos un grupo de personas que estamos entusiasmados, involucrados, comprometidos, con nuestra lengua y hacemos reuniones con jóvenes y adultos que quieren aprender”.
Indicó que, de hecho, el Instituto de Educación para Adultos de Tabasco creó una coordinación de lengua indígena para enseñar a leer y escribir, pero por cuestiones, tal vez, de presupuesto se canceló, pero ahí están los libros.
“Soy uno de los coautores de los libros y los que gusten pueden ir al instituto a pedir un libro, que es para todos, para aprender el yokot’an.
En el tema, coincidió el guerrerense Cojito Villanueva porque también es el caso de la lengua náhuatl, “sabemos que se está perdiendo, a pesar de que es la lengua más extensa en el territorio mexicano”.
“Con trabajo estamos abriendo espacios por el que no nos pagan, no recibimos ningún salario, y lo más triste es que no podemos publicar ni siquiera un diccionario para que otros sepan el significado de cada palabra, cuando menos”, reclamó.
Sin embargo, entusiasmado, adelantó que “el próximo viernes un grupo de jóvenes vamos a platicar con el presidente municipal de Zitlala, cerca de Chilapa, Guerrero, para que ceda un espacio y poder reproducir o multiplicar lo que es la lengua porque ya se está perdiendo, los mismos papás indígenas ya no quieren que se escuche”.
“Pero haremos el esfuerzo para mantener la lengua porque es una tradición, una lengua muy florida”, dijo.
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