La promesa no cumplida

Por: Felipa Nery

El 25 de noviembre pasado dejó de existir, a la edad de 90 años, el dictador Fidel Castro Ruz, quien después de varios intentos de derogar a otro dictador, el general Fulgencio Batista, llegó al poder vía un golpe de estado, encabezado por un movimiento revolucionario en el que fue acompañado por otros líderes, como ‘El Che Guevara’. El movimiento  de izquierda respaldado por países socialistas, como la Unión de Repúblicas Socialistas, y hasta por  mexicanos,  ofrecía igualdad para todos, mejorar la educación, la salud, otorgar viviendas para todos y acabar con las desigualdades que mantenía con privilegios a unos cuantos cercanos al poder de Batista, respaldados por el gobierno norteamericano. A partir del golpe de Estado todos los bienes privados fueron nacionalizados, pasaron a ser propiedad del Estado, rompió relaciones con los Estados Unidos de Norteamérica, país que lo aisló e impidió todo trato comercial con la isla. Fidel mejoró los niveles de educación, de cultura, acabó con el analfabetismo, la atención a la salud, dio vivienda a todos, trabajo; a partir de 1958 que llegó al poder, no permitió que nadie le hiciera sombra, era un  autoritarismo absoluto, sin libertades para el pueblo, para expresarse, para viajar, para trabajar, aí se mantuvo hasta el año 2006 que lo doblegó una grave enfermedad de cáncer en los intestinos; hasta entonces,  cedió el poder a su hermano Raúl, cinco años menor que él; si bien la gente no tenía libertades, las mayorías lo veneraban, porque tenían alimento, educación y trabajo, aunque condicionado, con salarios ínfimos, tenían condiciones de vida aceptables, porque mensualmente les entregaban sus dotaciones de comida, pero esto fue mientras contó con el respaldo de los países que simpatizaban con él; debido a la falta de libertades para elegir profesión y salir del país, muchos huyeron en balsas,  o como pudieron, en busca de su libertad, de tener la prosperidad a la que estaban acostumbrados antes de la llegada de Fidel. A partir de la caída de la Unión de República Socialista, la URSS, en los años ochentas, empezó la decadencia de la Isla; después, a la llegada de  otro autoritario al poder, Chávez en la Presidencia de Venezuela, gracias a las riquezas que el petróleo le daba a este país, empezó a subsidiar a Fidel Castro; mucha gente viajaba a Cuba a estudiar, de placer, porque era un destino turístico de los más baratos; sin embargo, a la muerte de otro de sus benefactores, Chávez, quien también hundió a Venezuela, en los últimos 10 años, Cuba se encontraba en total decadencia; la miseria, la pobreza, la carencia se asomaba por todos lados, en los hospitales no había medicina, las sábanas, si las habían eran pedazos, la alimentación pobre, pésimo transporte público, chatarras, el turismo había decaído, al convertirse en un destino muy caro, por las altas tarifas en los hoteles y el servicio pésimo y carente de alimentos de primera calidad. De esta manera deja a Cuba el hombre que llegó con el ofrecimiento de liberarla del autoritarismo, la corrupción y la escoria que la tenía sometida, y él se convirtió en lo mismo, o algo peor que su antecesor.