Por: Felipa Nery
Desde el momento que se conoció el deceso de la Doctora en derecho Nidia del Carmen Gallegos Pérez, las muestras de afecto, de reconocimiento hacia su persona, se hicieron presente a través de las redes sociales y de manera directa hacia su madre, su hermana y su pequeño hijo. Las expresiones fueron: “no lo puedo creer”, “era una excelente persona”, “es una gran pérdida”, “en el campo laboral fue un verdadero ejemplo de disciplina y compromiso”, “mujer esforzada y valiente”, “duele que se vaya alguien que sólo hacía el bien a sus semejantes”, “ejemplo de liderazgo, esfuerzo, talentosa y humanitaria”, “gestos amables, trato cálido y alegre”, “una catedrática siempre preocupada por sus alumnos y creando lazos de amistad”. Esa era Nidia del Carmen Gallegos Pérez, mujer esforzada, talentosa, trabajadora, comprometida, con aspiraciones de servir a los demás, en todos los espacios donde laboró; lo hizo con mucho compromiso y dedicación, pero sobre todo, fue cosechando amigos, que sumó a los que ya tenía de su infancia, adolescencia y juventud, a quienes no olvidó y siempre tendió la mano, amigos que se hicieron presentes en su velorio y la llenaron de flores y coronas; era una mujer alegre, entusiasta, propositiva; desde que regresó de España de realizar sus estudios doctorales en derecho civil, siempre estuvo ocupada, en la docencia en la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, en el Poder Judicial, en la Procuraduría General de Justicia, hoy Fiscalía; en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco; en la Contraloría del Estado de Tabasco, en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en el Instituto Tecnológico Superior de Centla y su más reciente cargo, el de directora de la DACSyH, que asumió en el mes de junio del 2016, luego de convencer a la Junta de Gobierno de tener el mejor proyecto para contribuir al engrandecimiento de esa división académica; era su aspiración ser directora de Sociales y Humanidades y lo logró con el apoyo de muchos maestros que creíamos en ella; en el mes de diciembre presentó su plan de trabajo con el que estaba segura de contribuir con su experiencia, a seguir consolidando la calidad que ha alcanzado esta Universidad en los últimos años; sin embargo, los problemas de salud la sorprendieron, tuvo un diciembre muy difícil, que terminó con el triste desenlace que se registró la tarde del martes en el centro comercial de Galerías, adonde había ido con su amorosa madre, que en todo momento, estuvo a su lado cuidándola con amor y paciencia, al igual que su hermana Bety. La ausencia de Nidia del Carmen Gallegos Pérez, nos duele, porque era una mujer joven, entusiasta, preparada, positiva, echada para adelante, que luchó contra la enfermedad que la sorprendió y que le ganó la batalla, pues se la llevó a sus 44 años de edad, cuando estaba en la plenitud de la madurez y podía aportar mucho a la sociedad, como lo hizo en todas las instituciones donde prestó sus servicios. Todo lo que ella sembró en su paso por esta tierra, debe servir de orgullo para su madre, Carmita, su hermana Bety y su hijito Jorge Vicente, que deberá sentirse orgulloso de haber tenido una madre amorosa y ejemplar. Descansa en paz amiga Nidia del Carmen Gallegos Pérez.
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