¿Y los valores?

Por: Felipa Nery

El hecho violento que protagonizó ayer un menor de 15 años de edad en un centro escolar en Monterrey, quien después de disparar a su profesora y a algunos de sus compañeros, se disparó a sí mismo y falleció en el hospital donde recibía los primeros auxilios, es el reflejo de la sociedad violenta  que  hoy somos. Lo primero que sale a decir el gobernador de aquella entidad, Jaime Rodríguez, es llamar a los padres de familia a ocuparse de sus hijos, a estar al pendiente de lo que hacen, lo que dicen, los que sienten, ‘no dejemos que nos gane la violencia y regresemos a los valores, al respeto entre nosotros”, dijo ‘El Bronco’. Pero sin duda, que no son sólo los padres los responsables de las conductas delictivas de muchos niños y adolescentes, es la sociedad en general, los medios de comunicación y en especial, los gobernantes que tenemos. Por supuesto que los primeros responsables de la conducta de los menores, son sus padres, pero desafortunadamente hoy los hijos están faltos de educación en la familia, primero, por la desintegración familiar, el divorcio, la separación de las parejas y la desatención de los hijos, o bien, porque tanto el padre como la madre tienen la necesidad de trabajar para dar a sus hijos los satisfactores, y así, los abandonan todo el día y lo único que les queda a los menores, para ocuparse y entretenerse, son las series de televisión, las telenovelas, donde se enseñan día a día, todo tipo de actos delictivos, son la principal escuela del crimen, junto con las series que hoy se ofrecen de los capos del narcotráfico, lo que provoca que muchos niños quieran ser como esos ‘grandes hombres’ que tienen mucho dinero y todos los placeres; y sin duda, los mayormente responsables, son los gobernantes, quienes deberían procurar políticas públicas que tiendan a tener una sociedad que viva en paz y en armonía, en respeto con sus semejantes; sin embargo, nada de esto hacen, ni procuran, porque una cosa es lo que ofrecen en campaña y otra la que hacen cuando llegan al poder. En campaña, cuando se dan cuenta de la caótica situación en la que viven millones de familias por la falta de valores, ahí sí, se comprometen a fomentar los valores, a trabajar por la familia; pero cuando llegan al poder, lo que menos les importa es cumplir lo que prometieron, pues están más ocupados en ver la forma de llenarse las bolsas de dinero con el presupuesto público,  asegurarse otra posición para el futuro, ingeniársela para heredar el poder a sus incondicionales que les puedan cuidar sus fechorías, y lo que menos les interesa es atender la problemática que conocieron en campaña. Que el pueblo se las arregle como pueda. Total, como ellos viven en sus burbujas, donde no los molestan ni con el pétalo de una rosa, entonces qué les puede importar lo que sufra la sociedad, o la forma violenta cómo se estén destruyendo. Así es que ese asunto de los valores que evocan los gobernantes cuando ocurren hechos como este de Monterrey, es sólo cosa del momento, para aparentar que les preocupa lo que ocurre.