Chenalho al rojo vivo

Por: Felipa Nery

El triunfo obtenido por mujeres indígenas en el 2015, producto de la reforma constitucional que obligó a los partidos políticos a respetar la paridad de género, está poniendo al rojo vivo la democracia en un municipio de Chiapas, Chanalho, donde en el mes de mayo del año pasado fue destituida la alcaldesa surgida del voto popular de las mayorías, Rosa Pérez Pérez, por presiones ejercidas desde el mismo Congreso del Estado que la obligó a firmar su dimisión y en su lugar fue nombrado un regidor, porque los habitantes de la comunidad se oponían a que una mujer los gobernara; Rosa impugnó ante el Tribunal Electoral su destitución y en el mes de agosto este órgano jurisdiccional ordenó que fuera restituida en el cargo, sin embargo, debido a la falta de garantías para asumir el cargo, no se había ejecutado la sentencia de la Sala Superior. En el mes de febrero, seguidores de Rosa Pérez entraron por la fuerza al palacio municipal y destituyeron al alcalde sustituto Miguel Sántiz Álvarez, lo que provocó que se registrara el fallecimiento de dos personas, entre ellos, un hijo de Sántiz, y varios heridos. Bajo el resguardo de centenares de policías estatales, el pasado martes Rosa Pérez ingresó nuevamente al palacio municipal, donde dijo que había unidad, pero que otros trataban de confundir la realidad; el pasado miércoles, unos 80 agentes de 116 comunidades se manifestaron para exigir la salida de Rosa Pérez de Chenaho, pues aseguran que su presencia aumenta el riesgo de violencia, porque hay mucha gente que no puede entrar a la comunidad y otra que no puede salir. Y es que a raíz de la destitución de Rosa Pérez de la alcaldía el año pasado, por unas 300 personas han sido desplazadas de su lugar de origen, para huir de la violencia y enfrentamientos que se han suscitado, porque los hombres se niegan a que una mujer esté al frente del ayuntamiento. Incluso el párroco de la comunidad ha advertido sobre el grave clima de enfrentamiento y de violencia que se vive en el municipio, por lo que ha alertado que podría repetirse el caso de Acteal, aquella matanza ocurrida en diciembre de 1977, cuando indígenas que se encontraban orando al interior de su iglesia protestante, fueron atacados por sus adversarios comunitarios, y en el lugar fallecieron 45 personas entre mujeres, niños, hombres y ancianos. Si bien los políticos han decidido reconocer en la Constitución y en las leyes la igualdad entre hombres y mujeres, para que estas puedan acceder al poder en la misma proporción que los hombres, lo cierto es que para alcanzar esa igualdad que se prevé en la norma, será difícil de hacer una realidad, porque la cultura machista, sobre todo en las zonas indígenas, será difícil de cambiar de la noche a la mañana, tan  sólo con un decreto presidencial. Se requiere de reeducar a los hombres en el respeto y reconocimiento de los derechos que tienen las mujeres, al igual que los hombres. Lo malo es que no se ve que esa reeducación a los adultos, se esté dando, por lo que las mujeres seguirán sufriendo de violencia política.