Delegado de Liconsa, operador y sindicalista; reacomodos a futuro

Por: José Martinez

Las delegaciones federales en los estados son consideradas como un bastión electoral para el Presidente en turno. Hace unos años, se acostumbraba que desde esas dependencias salían los programas para ciertas zonas del PRI, las cuales eran beneficiados a cambio del voto. Pero también se aplicaba un criterio: ningún delegado era nativo del lugar donde desempeñaría la labor, para evitar celos con los aspirantes a candidaturas por el partido gobernante.

Una de las delegaciones más fuertes, vigiladas y cuestionadas es la Sedesol. Aquí en Tabasco en esa oficina operó José Rubén Fernández a quien se le identificó siempre con el grupo de Jesús Alí de la Torre; el ex alcalde de Centro camina ahora fuera del tricolor. Eso marcó también la suerte de Fernández.
Hace unos días fue denunciada la delegación del Instituto Nacional de Empresas Sociales (INAES), por aprobar sólo 56 proyectos de 480. Fredy Chablé no supo explicar el por qué se estaba dando esa situación, limitándose a declarar que es el comité técnico regional el que se encarga de esos procedimientos.
Uno de los más recientes cambios que se dieron en la entidad en las delegaciones fue en Liconsa donde su titular era Marco Antonio Leyva, ex alcalde de Nacajuca, quien en 2009 poco faltó para que su policía lo linchara ante la falta de pagos y uniformes.

En su lugar arribó Marcos Garcés Díaz, originario de Oaxaca, quien en sus primeras declaraciones rechazó que viniera a hacer política electoral en Tabasco. Argumentó que desconocía del tema.
Garcés Díaz tiene un historial polémico. Fungió como Secretario General de la Sección 19 del Sindicato Nacional de Trabajadores de SEDESOL, donde acusó al subdelegado de tratar mal al personal, culpándolos frecuentemente de ser los responsables de que se retrasen los procesos administrativos para la liberación de recursos. Al final cambió de trinchera y pasó de sindicalista a funcionario.
Recientemente se vio metido en un aparente conflicto de intereses. Sus críticos lo señalaron por haber recibido una licencia sindical con goce de sueldo, pero el cual no tenía validez.
Con este permiso y sin trabajar, Marcos Garcés fue acusado de seguir cobrando en Oaxaca, al mismo tiempo que ocupaba un cargo similar al de un subdelegado administrativo en Liconsa, pero en San Luis Potosí. Delicado el asunto.
El permiso tramposo le permite tener dos cargos y dos sueldos. Y por si fuera poco, está dado de alta en el ISSSTE Oaxaca, y también dado de alta en el IMSS de San Luis Potosí.
El sindicato de Sedesol es bastante importante, pues varios de sus líderes han salido de ahí como diputados al Congreso Federal, y uno de ellos fue senador de la República.
En el caso de Marcos Garcés, ahora fue premiado con una delegación en la entidad. Se abre un compás de espera. Veremos si realmente este nuevo funcionario logrará operar de manera pulcra un programa destinado a la gente de más bajos recursos, o tratará de utilizar los programas para un voto cautivo.  La Sedesol ha tenido varias bajas por las denuncias en el manejo de los programas, como le sucedió a Nicolás Belliza en Coahuila. Ahora hay una mayor vigilancia ciudadana.

HABERES

SALIÓ AL PASO EL GOBERNADOR Arturo Núñez respecto a los señalamientos en torno a los gastos oficiales. Aclaró que en la Quinta Grijalva los recursos son austeros, sobre todo porque regularmente sólo viven dos personas.  Los gastos excesivos quedaron en el sexenio anterior.