Hijos ingratos

Por: Felipa Nery

Hoy se celebra el Día de las Madres. ¿Quién es una madre?. Sin duda que madre no sólo es aquella que ha tenido la dicha de llevar en su vientre durante nueve meses a una criatura, sino aquella que ha pasado noches de desvelo, en el cuidado de ese ser indefenso, para amantarlo, alimentarlo y fortalecerlo para que pudiera crecer fuerte y sano, que lo formó desde un hogar, aunque no hubiera un padre, que le enseñó a hablar, a caminar, a relacionarse con sus semejantes, a respetar a su familia, a su comunidad, a su entorno, al medio ambiente. Madre es aquella que nos ha cuidado en los primeros años de no convertirnos en víctimas de abusadores sexuales, explotadores laborales y todos los abusos. Madre es la que ha dado lo mejor de ella, su conocimiento, su trabajo, su fuerza, para que sus hijos pudieran estudiar, alimentarse y desarrollarse en cuerpo y mente, para que al llegar a ser adultos, fueran personas de bien, que no terminaran en una cárcel por andar metidos en líos con la justicia, por no seguir el camino correcto. Cuánto tiempo dedicaban las madres a “sermonearnos”, o aconsejarnos para que fuéramos a la escuela y cumpliéramos además, con las tareas que nos correspondían hacer en la casa. Esas son las verdaderas madres, las que dieron lo mejor de sí mismas para que sus hijos no se desviaran del camino correcto; que se sentaba a vigilarlos para que hicieran su tarea, que no salieran a la calle a ‘buscar malas juntas’, y si su hijo jugaba en la calle, estaba al pendiente de ellos para saber quiénes eran sus amigos y si no hacían caso, tenía hasta le valor y el carácter para soltarle unos cuantos cinturonazos a su hijo, no importa que ya estuviera grandecito, la madre siempre estaba presta para corregir a sus hijos, no importa que fuera casado, también le llamaba la atención. Esas madres abnegadas, que formaron a sus hijos con rigor y disciplina, de los que hoy se sienten orgullosos, porque son personas que trabajan y que a base de su propio esfuerzo se han ido labrando camino, esas madres son las que hoy merecen todo el reconocimiento de llamarse Madre. Esas madres merecen que este día y todos los días de su vida, sus hijos las adoren, las veneren, y ante todo, les permitan vivir una vejez con dignidad, sin carencias, que no tengan que andar mendingando atención médica, alimentación, ropa, vivienda, cobijo, protección, cariño. Ninguna madre que dedicó su vida al cuidado y formación de sus hijos, merece vivir en el abandono, olvidada por esos hijos que trajo al mundo, que cuidó con tanto cariño y delicadeza hasta que se convirtió en un adulto que pudiera valerse por sí mismo. Ninguna madre debería derramar hoy una lágrima, por la ausencia y el olvido en el que la mantienen sus hijos. No se puede ser tan ingrato con esas viejecitas que hoy ya no tienen la fuerza física para valerse por sí mismas. Felicidades Madres!!!!