Violencia y derechos humanos

Por: Felipa Nery

La aparición la semana pasada de un video grabado por unas cámaras en las calles del pueblo de Palmarito en el estado de Puebla, donde se observa a un militar ejecutar a una personas, al parecer huachicolero, ha vuelto a provocar cuestionamientos a la actuación del Ejército Mexicano y la Marina, en el combate a la delincuencia organizada, narcotraficantes, secuestradores y también a los que se dedican al robo de combustible. Tanto el dirigente nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, como el ex candidato presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, han pedido al presidente de la República, Enrique Peña Nieto reconsiderar las estrategias de combate a la delincuencia y retirar al ejército de las calles, ante las violaciones a derechos humanos. Pero también hay voces que se pronuncian por la permanencia del ejército en las calles, ante la falta de una policía preparada y eficaz para enfrentar al hampa que se ha apoderado de las calles de este país y le ha robado el sueño a millones de mexicanos que hoy no viven tranquilos ante la ola de violencia. Por supuesto que el Ejército Mexicano no ha pedido estar en la calle, el general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional ha expresado su inconformidad por estar al frente de tareas que no les corresponde, e incluso a cuestionado a los gobernadores que no han tenido capacidad para preparar a la policía que se encargue de estas tareas.  También han cabildeado para que el Congreso de la Unión apruebe una ley que les permita estar en las calles, para tener protección jurídica, en la que se busca que los militares que participen en actos de prevención del delito sean juzgados por las fuerzas militares y no por las civiles. Este grave problema de inseguridad que vivimos en México nos mantiene a la población en la total incertidumbre, no sólo por la inseguridad en la que se vive, sino por la tensión que generan estas disputas entre las autoridades y los militares, pero sobre todo, con una de las fuerzas políticas importantes de izquierda, como son MORENA y ahora Cuahtémoc Cárdenas Solórzano. Llevamos ya más de diez años en esta guerra contra la delincuencia organizada, desde que Felipe Calderón sacó al ejército de los cuarteles para combatir al narcotráfico, y los resultados han sido desastrosos, miles de muertos y miles de desaparecidos, la seguridad no ha mejorado, por el contrario, cada día va empeorado, los narcotraficantes no han sido combatidos,  detienen a un líder y quienes los sustituyen se multiplican, todo esto, porque las autoridades no han tenido la capacidad de reorientar el rumbo económico de este país que permita generar oportunidades de subsistencia a los pobres, los jóvenes, los cuales al no encontrar ninguna posibilidad de subsistir de manera digna y lícita, no les queda de otra, más que encuadrarse en las filas de los cárteles de las droga, de las bandas de secuestradores, en  el robo de combustible, en los asaltos en las calles, a las casas. Las autoridades tienen que hacer algo. Esto no puede seguir así, y tampoco merecemos convertirnos en otra Venezuela.