Por: José Martínez
Andrés Manuel López Obrador apareció en tres videograbaciones que se difundieron inmediatamente después de la jornada electoral. Les llamó ‘reportes’, donde informaba desde su perspectiva cómo se iba presentando la situación de las votaciones del domingo 4 de junio. En todos mostró cordura, confianza, además se le notaba suelto y tranquilo.
Pero en su última aparición, en el mismo escritorio, ahora con una chamarra en tono café, hizo mención de los números que había obtenido Morena en una sumatoria total entre el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz. Según estas cuentas Morena a pesar de ser un partido nuevo alcanzó 2 millones 473 mil 116 sufragios. El tabasqueño no pudo ocultar una sonrisa de satisfacción.
A partir de los datos preliminares, en las cuatro elecciones, el PRI había llegado a 2 millones 881 mil 466; el PAN un millón 864 mil 26, mientras que el PRD sumó un total de un millón 323 mil votos.
‘Lo difícil está hecho; lo imposible se hará, ánimo’, señaló López Obrador. Habló de una loca fe, por una causa que defienden, llena de humanismo, y -aclaró- esa era su verdadera felicidad.
¿Realmente es lo que buscaba demostrar Andrés Manuel en esta elección?, ¿darles el mensaje a los mexicanos que Morena está listo para la Presidencia?
Al finalizar el video repite: ‘ánimo, porque nos irá súper requetebien’, haciendo alusión a las palabras de la maestra Delfina Gómez.
La fuerza de los votos, al parecer, es lo que emocionó al dos veces candidato presidencial; sabe que sin maquinaria electoral tiene en sus manos un buen número de electores, en una zona que para nada le pertenece porque siempre se llevó la gloria el PRI.
¿Será este el resultado que más le convino a Morena? Tal vez AMLO sabe que sí. Por esa razón su serenidad, un oxígeno puro que le viene bien después de algunos altibajos, incluso, con la prensa.
Ahora vendrá el trabajo más fino, el no enfrentamiento, buscar tender puentes y no caer en lo que algunos le han dicho, la soberbia. Más allá de las simpatías o antipatías, es importante que este líder encuentre la moderación.
En este tercer intento de López Obrador tiene que ser flexible, y -sobre todo-, mostrarse razonable con las otras izquierdas, de las que debe reconocer son las llaves para abrir el camino a la presidencia.
Los cercanos a AMLO señalan que no puede seguir postergando una decisión que modifique la dinámica del enfrentamiento y la descalificación. Cualquier político que busque la confianza mayoritaria requiere capacidad de diálogo, de interlocución.
Al menos el PRI demostró de lo que está hecho, y por sus años de experiencia. Aunque esté acusado de corrupción, compra de votos y otros mecanismos, es un partido que sigue teniendo eficacia electoral.
En cuanto al PAN, a pesar de haber ganado una gubernatura y estar peleando una más, la derrota en Edomex hizo salir de inmediato sus conflictos internos. El PRD puede darse por satisfecho porque contra todos los pronósticos sigue resistiendo y puede ser un partido de alianzas decisorias en el 2018.
HABERES
El gobernador Arturo Núñez afirmó que la elección en el Edomex no es un parámetro para las elecciones de 2018. Reiteró su convicción de que cada estado tiene parámetros diferentes, por sus circunstancias y lugar de origen. Lo mismo que ‘dijo- la competencia por la presidencia tiene otra dinámica. De una correcta interpretación de los hechos depende una estrategia adecuada, para todo los partidos, candidatos y gobiernos. Habrá que estar atentos.
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