Ninguna elección es igual a otra

POR: Felipa Nery

Y como no hay plazo que no se cumpla, el día esperado llegó. El 4 de junio se celebró la jornada electoral del Estado de México para elegir gobernador y se alzó con la victoria, el Partido Revolucionario Institucional, que por más de 80 años se ha mantenido en el poder. Quién ganó?: la ignorancia, el abstencionismo, el dinero, los programas sociales, la corrupción. Si bien hubo elección de gobernador también en los estados de Coahuila y Nayarit, sin duda que la elección que más expectativas levantó, fue la del Estado de México, por muchos factores: primero, porque el partido que representa Andrés Manuel López Obrador, MORENA, tenía amplias posibilidades de levantarse con el triunfo y se decía que de llegar a alcanzarlo, sería no sólo un trampolín para el 2018, sino que levantaría mayores expectativas de ganar la elección presidencial y segundo, porque se trata de la entidad federativa de donde proviene el presidente de la República Enrique Peña Nieto, la tierra del grupo que lo respaldó para llegar a Los Pinos, el grupo Atlacomulco. Pero cómo le hizo el Partido Revolucionario Institucional para hacerse del poder, a pesar de tener muchos factores en su contra, que advertían amplias posibilidades de una derrota, al existir opiniones de electores en casi un 70 por ciento, que estaban a favor de cambiar al partido en el gobierno, y que además, un 80% descalificaba la gestión del gobierno de Enrique Peña Nieto. En relación al desenlace que se esperaba en el Estado de México, quienes mejor retrataban, fueron dos encuestas, la del periódico Reforma, que daba un empate técnico a los candidatos Del Mazo y Delfina y la del Universal que le daba una ventaja a Del Mazo, de 4.5%, no les alcanzó para tanto, pero hasta ahora la victoria que el Instituto Electoral de esa entidad da al candidato priísta, supera los dos puntos, y en este país, gana el partido, o el candidato que tenga un solo voto más, en relación a su más cercano competidor. En las mismas encuestas, el candidato del PRI, era el de menos calificación en relación a honestidad, comparado con Delfina, mientras que a Del Mazo un 39.5% lo consideraba el más corrupto, a Delfina sólo un 10% la calificaba de la misma manera; también un 48% de los encuestados decían que nunca votarían por el PRI y un 15%, que no lo haría por Delfina; además que la gente que seguía a Delfina, era la gente con un mayor nivel académico, en tanto que a Del Mazo, lo seguían las personas de menor nivel educativo. Ahí está pues, la muestra de cómo los partidos y el gobierno se aprovechan de la ignorancia y la pobreza de los electores, porque sin duda, que fue la utilización de los programas sociales, lo que ganó en el Estado de México, sumado a la falta de unidad de la izquierda, que primero, por la soberbia de Andrés Manuel López Obrador no la procuró, pues desde un principio consideró que podía solo. Así es que después de lo que vimos el domingo 4 de junio en el Estado de México, ya podemos advertir lo que vendrá en el 2018.