POR: Orlando Castillo
Sigue dando vueltas la ruleta que pesca a quienes se pasaron de vivos estando en el gobierno, como es el caso reciente de Roberto Borge, el ex mandatario de Quintana Roo quien ahora deberá delatar a sus cómplices porque éstos también lo delatarán. Y si no, aunque las investigaciones se alarguen, algún día los alcanzará el cada vez más largo brazo de la ley, como se está viendo en el caso de José Manuel Sáiz Pineda quien ahora debe responder a los tribunales de Estados Unidos que lo acusan como presunto culpable de lavado de dinero y conspiración para realizar fraude bancario.
Mientras continúa el proceso abierto luego de la captura de la señora Silvia Beatriz Pérez Ceballos, el pasado 24 de mayo, Sáiz Pineda y su socio Martín Alberto Medina Sonda, permanecen bajo custodia ‘en la cárcel- de las autoridades de Tabasco. Esto quiere decir que en cualquier momento pueden ser requeridos por la justicia estadounidense que pretende confiscar les 50 millones de dólares de siete propiedades ubicadas en Nueva York, Los Ángeles, Miami, Florida y Houston, así como seis cuentas bancarias, y una cuenta offshore en Bermudas.
Uno de los cabos no tan sueltos en esta red de tráfico de dinero público apunta hacia Amílcar Sala, ex ‘asesor financiero’ de Inversiones y Proyectos Estratégicos de la secretaría de Finanzas en el arranque del gobierno de Andrés Granier. Para este personaje, desde julio del 2013 se informó que el gobierno mexicano solicitó la colaboración de la Interpol para su localización con fines de captura. Las primeras pesquisas se realizaron en Texas, donde radica o radicaba Olga Sobrino, ex colaboradora del cerebro financiero ahora prófugo. Como se decía en los juegos infantiles cuando uno se acercaba al sitio del escondite: ‘caliente, caliente’.
UN HOMBRE Y LA MECHA CORTA
Me preguntan qué pienso de Juan José Rodríguez Prats. Es difícil responder cuando se trata de una persona que sólo piensa en sí misma, que alimenta su vanidad con la amargura que le provoca el éxito ajeno. Son penas que busca curar con una permanente denostación a los otros ‘quienes sean- y también con un poco de alcohol. No resulta casual que el propio gobernador Arturo Núñez, quien cono a Juan Rodríguez desde su época estudiantil, preguntara ante expresiones agresivas del chiapaneco si estaba ‘ebrio o sobrio’. Lo evidente es que el ex diputado panista está embriagado de despecho ante su nula presencia popular. En los círculos de su partido lo conocen como ‘el candidato del menos del tres por ciento’, porque en 1994 sólo le dio a su partido 13 mil 400 votos de un total de 530 mil emitidos.
Esta semana Don Juan ha utilizado dos tribunas para enfilar su lengua contra dos tabasqueños que han destacado en la política, cada cual en su proyecto: Arturo Núñez, que llegó a ser gobernador con 547 mil votos, y Andrés Manuel López Obrador, quien en el año 2000 le propuso al panista ser candidato de una coalición en Tabasco. Vinculado al grupo político de Manuel Gurría, la única vez que tuvo una responsabilidad política, Rodríguez Prats sólo aguantó cien días como secretario de Gobierno. Aunque él califica a otros de proclives al conflicto e ineficaces.
HAY QUE APRENDER
Jornadas intensas de calor, de tormentas, de saqueo, de vacas destazadas, y de encharcamientos, que aunque no estemos muy de acuerdo con el término, lo cierto es que no es precisamente una inundación, pero sí ocasiona estragos. Se afectaron autos, se perdió ropa, electrodomésticos y documentos. Por ese motivo se hizo la declaratoria de emergencia para los municipios de Centro y Nacajuca. Importante sería mirar esto desde lo sustentable. Prevenir, antes que reaccionar a los desastres, promover la resiliencia para que la gente pueda adaptarse y superar la adversidad. No siempre estará allí el gobierno para dar despensas, cobijas o albergues; más bien hay que exigirle que realice obras y acciones preventivas, que aplique la ley contra quienes contribuyen a meternos en situaciones de catástrofe.
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