Corrupción e impunidad

Por: Felipa Nery

Ahora que el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática daba a conocer el costo de la corrupción para las empresas tanto pequeñas, como grandes, en todos los niveles de gobierno, desde el municipal, estatal, hasta el federal, es del orden de los mil 600 millones de pesos, reflexionamos en torno a lo que se debe hacer para tratar de cambiar esta cultura que se ha arraigado en gran parte de nuestra sociedad mexicana y que ha provocado que vivamos en una grave descomposición social, de la que cada uno debe tratar de salvarse como pueda, porque el Estado no es capaz de garantizar el bienestar social de millones y por ende, la seguridad se trastoca. El problema de la corrupción es que en este país se perdió el respeto a las instituciones y a todas las leyes, porque los primeros en romper y violentar el orden jurídico, fueron los mismos gobernantes; la gente vió cómo los políticos de primer nivel, hacían lo que les venía en gana con el presupuesto público y no recibían castigo, por ello todos los demás que le seguían fueron haciendo lo mismo, hasta que la corrupción permeo hasta los servidores públicos de menor rango, como los policías y agentes de tránsito, porque sus mismos jefes les ponían tarifa de los hmochesm que debían entregar diario, por ello los agentes se apresuran a  cascarearc a todos los automovilistas que pueden. El problema de la corrupción originó que la policía y hasta el mismo ejército fueran sobornados por la delincuencia organizada, jefes policíacos y militares han sido procesados en este país, precisamente por haber recibido importantes sumas de dinero de los cárteles del narcotráfico, mismos que penetraron en las más recónditas comunidades de este país, involucrando en esta actividad ilícita a adolescentes, jóvenes, mujeres, y por supuesto a las autoridades. Se ha creado un nuevo mecanismo para combatir la corrupción, el Sistema Nacional Anticorrupción, que se replica en las entidades, para tratar de combatir la corrupción, sin embargo, desde que nace el Sistema Nacional, lo hace con problemas, primero, sin el fiscal que se va a encargar de perseguir los delitos y en segundo, con la renuncia en masa de los consejeros ciudadanos, por no estar de acuerdo con las acciones de opacidad del gobierno. Mientras los gobiernos no dejen de simular, al crear instituciones con el fin de combatir la corrupción, sólo para aparentar que combaten la corrupción, el problema no se va a superar, porque la gente sigue viendo que los gobernantes son los primeros en no respetar la palabra empeñada, sobre todo en los tiempos de campaña que ofrecen la octava maravilla del mundo, con el fin de obtener la aprobación del electorado y cuando llegan al poder, sólo se ocupan de disfrutar del mismo, de llenarse las bolsas de dinero junto con sus amigos y se olvidan, no sólo de sus compromisos de campaña, sino además, de trabajar para el bienestar de la población menos favorecida, y así, el circulo vicioso de la corrupción, no se acaba.