Los riesgos de Morena

POR: Sinhué Casanova Magaña

Tal parece que el partido que dirige Andrés Manuel López Obrador ha superado las expectativas que cualquier otro partido podría alcanzar. Con tan poco tiempo de haberse fundado, hoy representa una de las principales fuerzas políticas a nivel nacional y de igual forma se ha replicado en varios estados de la República, como en la Ciudad de México, Veracruz y recientemente en el Estado de México. Estados que encabezan el padrón electoral nacional.

Sin duda alguna, AMLO hizo un buen papel en su paso como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Mostró a los ciudadanos una nueva forma de gobernar, combatió la inseguridad, encarceló a funcionarios corruptos, recuperó y fortaleció espacios y servicios públicos, abrió la colaboración con empresarios. Aún sus críticos reconocen que le dio otro rostro a la capital. Sin duda, quedaron tareas pendientes, pero el saldo al final de cuentas fue positivo, tanto que estuvo a punto de convertirse en Presidente en el año 2006. Hoy en día, a pesar de toda la polémica que genera, sigue siendo una de las principales opciones para dirigir a nuestro País.

Ante estos hechos y revisando la trayectoria de López Obrador, a la par del comportamiento que ha registrado Morena a nivel nacional, puede inferirse que esta organización no es vista como lo que es, un partido político más, sino más bien como una plataforma política y electoral representada por un líder natural con bastante aceptación. Es decir, AMLO representa mucho más de lo que Morena como partido y quizás aquí es donde podrían venir los riesgos futuros.

Sin duda alguna, al ser AMLO candidato presidencial por Morena captará una alta votación y muy probablemente sea histórica, tomando en cuenta la votación obtenida por nuevos partidos. Si gana AMLO, Morena como partido evidentemente tendrá un futuro prometedor; pero si pierde, entonces podrá venir un ‘efecto búmeran’ tomando como base la hipótesis aquí planteada.

Puede verse que Obrador representa más que Morena. Como partido es notorio que aún le falta construir una plataforma política, electoral y territorial sólida. Ésta sí la tiene su dirigente, pero en estos momentos es difícil poder observarla en el partido, precisamente por el efecto que genera López Obrador al interior.
Lo dicho se registra en el contexto nacional; entonces, en el estatal y municipal, las cosas pueden tornarse más complejas. Si bien, es muy probable que en las boletas electorales federales Morena obtenga una alta votación, para el caso de los estados y municipios, puede ser completamente diferente.

Para el caso de Tabasco, Obrador tendrá un alto apoyo de sus paisanos, pero ¿qué tanto trasladará su efecto a los candidatos estatales y municipales? Es aquí donde Morena como partido, nuevamente se observa débil, ya que su principal activo es la figura de AMLO.
Dentro del recién partido formado en Tabasco, existe una división notable, entre quienes lo fundaron y los que hoy llevan los destinos de esa organización. Esta diferencia se basa principalmente en que en casi todos los municipios los que fueron fundadores (Obradoristas) y candidatos por Morena en el proceso electoral del 2015, ahora son desplazados por los ‘nuevos morenistas’. Muchos de los fueron rivales de Morena en el año 2015, y hoy en día se encuentran tomando un papel predominante.
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Esta diferencia, de existir un partido fuerte, no representaría mucho riesgo, pero tal parece que se podría polarizar la captación de votos para morena a nivel estatal y municipal de no atender estos temas como partido.

Sin duda alguna, la figura de Obrador para MORENA es indispensable en estos momentos, pero aún le queda mucho trabajo como partido, desde sus estructuras como para convencer a los ciudadanos de ser vistos como una opción DIFERENTE; evidentemente existen riesgos de que MORENA no pueda captar lo que el propio AMLO atrae de los ciudadanos y si se toman malas decisiones en los estados y municipios, lo complicaría aún más.