De los perdonados de AMLO

Por: Felipa Nery

Mientras se benefició del sistema político mexicano que encabezó el Partido Revolucionario Institucional, Manuel Bartlet se mantuvo en silencio, ahora que se ha ido de él, que es parte de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, viene a decir que en aquella elección de 1988, Carlos Salinas de Gortari no ganó la elección, que si hubo acuerdo con el Partido Acción Nacional, o que si el entonces dirigente nacional del PRI Jorge de la Vega Domínguez se adelantó a declarar triunfador al priísta, sin que hubiera cifras. En aquella época, no existía un órgano electoral autónomo que se encargara de organizar las elecciones presidenciales, era el mismo secretario de gobernación el que presidía la Comisión Federal Electoral que se encargaba de organizar el proceso electoral y del recuento de los votos. Aquella noche de 1988, al terminar la jornada electoral, cuando se alimentaba el sistema de cómputo con los resultados de los votos que se habían obtenido en las casillas y que iban llegando a los centros distritales, cuando el candidato del Frente Democrático Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano aventajaba en los resultados al candidato del Partido Revolucionario Institucional, Carlos Salinas de Gortari, ‘el sistema se cayó’, se atribuyó esta caída, a un apagón de la energía eléctrica y cuando se restableció el sistema de cómputo, entonces el candidato del PRI, Carlos Salinas ya apareció por encima del candidato del Frente Democrático Nacional. Se argumentó en aquellas fechas, que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas apareció con más votos desde que se empezó a alimentar el sistema de cómputo, porque las primeras casillas que llegaron a los centros de recepción, eran las que estaban ubicadas en la capital del país, entonces Distrito Federal, y como ahí las mayorías apoyaban al candidato del FDN, por eso aparecía arriba, pero cuando fueron llegando los resultados de las demás entidades, entonces Carlos Salinas se puso en ventajas; ese es el cuento que se había contado hasta ahora que Manuel Bartlett dice lo contrario, que Salinas no ganó, que si hubo acuerdo con el PAN, o que si Jorge de la Vega Domínguez se adelantó a dar ganador. Por supuesto que a estas alturas no se puede juzgar nada de lo que ocurrió en aquel entonces, ni habría pruebas de demostrar los dichos de Bartlett, porque las boletas ya fueron destruidas, a como ocurrió también con las boletas de fechas más recientes, del 2006, por las que también se hablaba de fraude electoral en contra de Andrés Manuel López Obrador. Es una pena que Andrés Manuel sea consecuente con Bartlett, aunque la elección no se la hayan robado a él, si es que hubo fraude electoral, como parece decir hoy el senador, después de 29 años de guardar silencio, por los beneficios del sistema político mexicano que también lo hizo gobernador de Puebla en el sexenio1993-1999. Bartlett no se puede venir a llamar demócrata hoy, porque cuando fue parte del sistema político mexicano, era un hombre con preparación, formación y amplio criterio para discernir, en torno a su compromiso con la democracia de este país. Pero entonces, sólo pensó en su beneficio político, como seguramente lo hace hoy al hablar después de callar por tanto tiempo.