El presidente Nicolás Maduro logró salirse con la suya: sus seguidores votaban este domingo para elegir una Asamblea Constituyente sin oposición, pese a las violentas protestas que dejan más de 100 muertos en cuatro meses y al fuerte rechazo internacional.
Vestido con camisa roja, Maduro fue el primero en depositar lo que llamó un “voto por la paz” en un colegio del oeste de Caracas, a donde acudió con su esposa, Cilia Flores, y dirigentes del partido de gobierno.
“Ha querido el emperador Donald Trump prohibirle al pueblo ejercer el derecho al voto (…) y yo dije llueva, truene o relampaguee habrá elecciones y Asamblea Constituyente”, dijo Maduro luego de votar.
El triunfalismo no es para menos. Contra viento y marea, el mandatario llevó a puerto su polémico proyecto: un as bajo la manga que sacó en medio de la ola de protestas que exigen