Superadas autoridades

Por: Felipa Nery

Los simulacros que año con año se repetían en la Ciudad de México después del terremoto de 1985, que precisamente el pasado 19 de septiembre cumplía 32 años de haber cobrado más de 10 mil vidas, sirvieron de experiencia, para que miles de personas pudieran salvarse del sismo registrado el pasado martes y hoy los muertos no se estén contando en miles, como en aquella ocasión, sino tan sólo en decenas. Lo que sí tenemos que reconocer y sentirnos orgullosos como mexicanos, es de la solidaridad desbordada de los ciudadanos que de inmediato, después de desplomados los edificios, empezaron a retirar los escombros con las manos, con botes, como pudieron, para tratar de rescatar con vida a las personas que quedaron atrapadas. Al igual que en 1985, que los ciudadanos demostraron su solidaridad con los que sufrieron la desgracia, en este 19 de septiembre del 2017, nuevamente se reafirma esta característica solidaria y humanista de los mexicanos que sin importarles quiénes sean los que están atrapados debajo de los escombros, ellos se suman al auxilio. El dolor mayor de la tragedia vivida en esta ocasión, es el colegio Rébsamen, donde hasta ayer reportaban la muerte de más de 20 niños y otros tantos no aparecían hasta tarde, a pesar de los esfuerzos de los rescatistas, que sin importarles poner en peligro sus vidas, entraban entre los escombrar para tratar de sacar con vida a una niña que lograron escuchar que pedía agua y decía que no podía moverse porque estaba debajo de una loza. Así como  este caso, fueron muchas las personas que quedaron atrapadas debajo de las losas y que los voluntarios lograron rescatar con vida; lo que pudo apreciarse desde las primeras horas del siniestro, fue la inmediatez del auxilio por parte de la sociedad civil, en tanto que las autoridades y los militares tardaron en hacerse presentes y empezar a colaborar en las labores de rescate. Al igual que como lo trataron de hacer en Oaxaca, donde los funcionarios del gabinete presidencial acudieron para tomarse la foto y aparecer en los medios de comunicación, con el argumento de que se encargaban de las tareas de rescate, en la Ciudad de México ocurrió lo mismo, pero a quien no le fue nada bien, fue al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien al presentarse en el centro de la ciudad donde se desplomó una fábrica, los voluntarios que auxiliaban como rescatistas le exigieron que se fuera del lugar, lo abuchearon, le gritaron, insultaron, por lo que él optó por pedir calma a la gente, e irse del lugar. Y es que precisamente en estos momentos de tragedias, hay políticos que quieren aprovecharse para meterse entre la gente y tratar de ganarse sus simpatías, sin embargo en la Ciudad de México, al PRI no lo quieren desde 1997 que el Partido de la Revolución Democrática obtuvo el triunfo con Cuauhtémoc Cárdenas. Lo que le ocurrió al secretario de Gobernación, debe servir de ejemplo a los políticos  que se quieren aprovechar de la tragedia… pero ahí están los ciudadanos de la Ciudad de México, ellos sí saben cobrarle a los políticos sus malos gobiernos.