Gobernantes condicionan apoyos

Por: Felipa Nery

Tabasco tiene la experiencia del desbordamiento solidario de los ciudadanos en caso de desastre, tanto por parte de la comunidad local, nacional, como internacional, y también sabemos de las acciones de rapiña hacia esos apoyos por parte de quienes no lo necesitan y que están en el poder; estos terremotos del siete y 19 de septiembre, nos han mostrado que los abusos con las aportaciones solidarias se dan en todas partes. Si bien las autoridades desde el ámbito municipal, estatal y federal cuentan con fondos económicos para auxiliar a la población en casos de emergencias causadas por desastres naturales, también sale a relucir la falta de organización y capacidad para hacer frente a sucesos como estos. El divorcio que hay entre las autoridades y la sociedad, los enconos y resentimientos que se crean por los abusos del poder, provocan que en casos como estos las autoridades cobren venganzas, como es el caso de Morelos, donde el gobernador y su familia que ostentan el poder, son repudiados por una buena parte de la población, en la que se incluye a la iglesia católica, las organizaciones de la sociedad civil y hasta la comunidad universitaria que han marchado para denunciar sus tropelías; esos desencuentros entre gobernantes y gobernados, se hizo presente en este sismo del 19 de septiembre que en Morelos dejó decenas de muertos, y otras decenas de casas y edificios derrumbados; la ayuda humanitaria llegó en trailers a Morelos, igual que a otras entidades, sólo que en Morelos el DIF pretendió acapararla, por lo que los ciudadanos acudieron por su cuenta a descargar los trailers y a repartir la ayuda. En varias partes se han suscitados protestas de ciudadanos crispados en contra de las autoridades, porque el sismo los dejó con los brazos cruzados, sin ropa, ni alimento, por lo que han enfrentado, tanto al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al secretario de Educación, Aurelio Nuño y hasta al propio Presidente de la República Enrique Peña Nieto, por lo que consideramos, que esa ayuda humanitaria que de forma desbordada otorga la sociedad civil a los damnificados, la debería entregar la misma sociedad civil, para que la reciban los que la necesitan y se entregue a todos, sin importar religión, partido político, sexo, raza, sin ninguna discriminación, porque es sabido, que hay ocasiones en que las autoridades se aprovechan de esa ayuda que da la sociedad, para entregarla con etiquetas de gobierno, por lo que  después se consiguen las facturas para aparentar que ellos la compraron para entregarla a la población, o bien, la entregan a sus amigos políticos que andan en busca de las simpatías electorales, con vías de alcanzar un cargo de elección popular, para que ellos se luzcan y los damnificados le deban el favor porque les ayudaron cuando más lo necesitaban. Hace falta organización de la sociedad civil para que consiga y distribuya esta ayuda de manera directa, el ejemplo ya lo pusieron los migrantes que residen en Nueva York, que recolectaron alimentos y demás enseres, enviaron un tráiler con ayuda para damnificados de Oaxaca, pero también mandaron a un emisario que se encargara de entregar todo de manera directa a los afectados… changuito ve, changuito aprende.