Igualitito que en México

Felipa Nery

Permítanme comentarles lo que ocurre ahora en España. Resulta, que el juicio central de un caso conocido como Gürtel, iniciado en el año 2009, por el juez “de hierro” Baltazar Garzón, sobre actos de corrupción que involucraban al Partido Popular con sus dirigentes, desde el gobierno de José María Aznar y posteriormente con el de Mariano Rajoy, por el indebido manejo de los recursos públicos, concluyó la semana pasada, con la condena a 51  años de cárcel a Francisco Correa, empresario corruptor y 33 años de prisión al ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, por esconder a Hacienda el fruto de años de comisiones ilegales y apropiarse de fondos de la caja del partido, cuya existencia ha certificado por primera vez un tribunal. Esta que es considerada la trama de corrupción política más extensa y profunda de la historia democrática española, involucra al actual presidente de España, Mariano Rajoy, quien se benefició de estos sobornos en su campaña y como dirigente del Partido Popular. Las autoridades penales de aquel país acreditaron que entre 1999 y 2005, entre las empresas de Correa y el Partido Popular se tejió en algunos municipios y en otras zonas de España, un  auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública central, autonómica y local a través de su estrecha y continua relación influyentes militantes de dicho partido, que tenían posibilidades de influir en los procedimientos de toma de decisión en la contratación pública de determinados entes y organismos públicos que dirigían o controlaban directamente a través de terceras personas. El tribunal les ha fincado responsabilidades por delitos de: asociación ilícita, fraude a la administración pública, cohecho, falsedad en documentos mercantiles, malversación de caudales públicos, prevaricación, blanqueo de capitales, delitos contra la hacienda pública, tráfico de influencias, apropiación indebida y estafa procesal intentada, por este motivo, el Partido Socialista Obrero Español a través de su líder Pedro Sánchez, ha propuesto un moción de censura, para remover del cargo al Presidente Mariano Rajoy, para instaurar un gobierno transitorio que convoque a elecciones para elegir nuevo presidente.  Es una pena que en México esto no ocurre, que los partidos hagan lo mismo que el Partido Popular de España y no reciban ningún castigo, sino por el contrario, que desde las mismas instancias legales se protege la corrupción. Sólo hay que recordar el caso Odebrech, que ha provocado la destitución y encarcelamiento de algunos presidentes en otros países, mientras que en México, desde el poder se optó por la destitución del fiscal Santiago Niego, que investigaba los sobornos que habría recibido de esta compañía petrolera el ex director de PEMEX, Emilio Lozoya, en 2012 cuando era responsable de las relaciones internacionales, de la campaña del entonces candidato presidencial, Enrique Peña Nieto y los contratos que posteriormente se le habrían asignado a esta empresa desde Petróleos Mexicanos. Precisamente por este y muchos actos más de corrupción e impunidad que nos han llevado a la crisis social de inseguridad y desempleo en la que nos encontramos, es que el Partido Revolucionario Institucional se encuentra hoy con un rechazo abrumador del electorado, sin embargo, desde el Poder tratan de retener la Presidencia de la Republica, a pesar del repudio.