Crecen homicidios

Felipa Nery

Esta misma semana, el Consejo Coordinador Empresarial y la COPARMEX, sectores en los que muchos de sus líderes están en contra del candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, por considerarlo un populista por lo que  han llamado a votar en su contra, porque “pondría en peligro el empleo y las inversiones”, según ha dicho German Larrea, presidente del Grupo México que representa a Herdez, también han pedido al gobierno frenar la violencia que azota al país, porque se pone en riesgo la inversión y el empleo por la violencia y la impunidad. O sea, que la inversión y el empleo no estarían en riesgo con la posible llegada del tabasqueño a la Presidencia de la República, sino que como lo demuestra el reclamo de los mismos empresarios que lo rechazan, la inversión y el empleo ya están en riesgo por la violencia y la impunidad. Efectivamente, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la tendencia de violencia y homicidios registran su nivel más alto en México, en abril de este año ocurrieron dos mil 343 homicidios dolosos, 70.89% más de lo que se registró el mismo mes en 1997, que fue de mil 371 delitos. En el primer cuatrimestre de este 2018, se han contabilizado 13 mil 994 homicidios en el país, lo que implica 889 delitos más de este tipo en el mismo período del año pasado;  en abril de 2018 se abrieron tres mil 621 carpetas por homicidios y en abril del año pasado fueron tres mil 391; de los 13 mil 994 delitos reportados, 8 mil 900 son homicidios dolosos; 6 mil 113 con arma de fuego; 939 con arma blanca y mil 647 con otros. Sobre estos reclamos, el gobierno, a través del secretario de Gobernación Alfonso Navarrete Prida, admite en primer lugar, el “debilitamiento de algunas estructuras institucionales en distintos niveles de gobierno, sean municipales, estatales e incluso federal” y en segundo, la diversificación de actividades delincuenciales, que del comercio de drogas ha pasado al huachicoleo, robo a transporte en carreteras y trenes, y tira la culpa al Congreso de la Unión y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por no resolver asuntos como la estructura orgánica de policías municipales y estatales, el famoso mando único, y la participación de militares en materia de seguridad pública. Si en 2017 alarmó a la población el incremento a la violencia, en este 2018 cuando se celebran elecciones, estamos peor, porque los ciudadanos no podrán ejercer su derecho a elegir libremente, no sólo por las amenazas de los empresarios que quieren espantar a los obreros con el populismo, sino por esta violencia que también ha incluido entre los muertos,  a decenas de políticos entre presidentes municipales y candidatos a distintos cargos de elección popular, unas organizaciones hablan de 80 y otras de 90 muertos. Lo único cierto es que con los niveles de corrupción, impunidad, violencia y pobreza que vivimos en México, no podemos hablar de una democracia plena, sino dirigida por quienes influyen en estos fenómenos.