Privatización del agua?

Felipa Nery

En los últimos días se ha hablado de una autorización para la privatización del agua de las cuencas, por parte del Presidente Enrique Peña Nieto; la realidad es que esos decretos no hablan de privatización, pero sí de concesiones, que para el caso, prácticamente es lo mismo, porque se otorgarían concesiones a empresas para que exploten el uso de las aguas y en el caso concreto de Tabasco, las aguas del Grijalva-Usumacinta. Se dijo que este decreto se dio mientras los mexicanos estaban embobados viendo el partido del mundial de fútbol México-Alemania y no fue así, sino que el decreto lo firmó el 5 de junio y fueron publicados un día después en el Diario Oficial de la Federación, en ese decreto el Presidente acuerda quitar la veda a 300 cuencas hidrológicas del país, que equivalen al 55% del agua de los ríos y lagos del país, la veda impedía la extracción de agua en estas cuencas, pero como la veda se estableció con un decreto presidencial, entonces la misma se le podía retirar con un decreto presidencial. En esos 10 decretos de Peña Nieto se establecen zonas de reserva de aguas para los usos domésticos, público urbano y ambiental o para conservación ecológica en las cuencas hidrológicas y se señala además, el porcentaje de agua que puede ser utilizado en cada cuenca mediante el título de concesión. El argumento del gobierno para firmar estos decretos, para retirar la veda que impedía la explotación del agua en forma absoluta, es que con los mismos se protege la mitad del agua superficial del país y se beneficiará a 45 millones de personas, 82 áreas naturales protegidas y 64 humedales de importancia internacional. Hace  un par de años, grupos de ambientalistas tabasqueños libraron una batalla en contra de las intenciones que tenía el gobierno federal de permitir la explotación precisamente de esta cuenca del Grijalva-Usumacinta, para generar energía eléctrica; en aquella ocasión se logró contener, seguramente no fue tanto por las protestas, sino por el impedimento que tenían de la veda, pero ahora que se ha quitado la veda, entonces muy probablemente el gobierno de Enrique Peña Nieto que está por concluir, pudiera otorgar concesiones a particulares, antes de terminar su mandato para explotar esta cuenca y entonces se estaría afectando a productores agropecuarios, los pantanos de Centla, y por supuesto el consumo humano, como bien ha denunciado la organización civil Santo Tomás que ha  librado una lucha férrea contra la privatización del agua, porque serían los más pobres de este país los que pagarían las consecuencias. Que si es legal lo que hizo el Presidente Peña, sí lo es, pero no es legítimo, porque lo hizo, primero aprovechándose de la euforia que viven los mexicanos con el fútbol y segundo, porque no hubo consulta para hacerlo, se hizo “en lo obscurito”. Pero claro, que de la misma forma en que con un decreto se le quitó la veda, con otro se le podría imponer nuevamente, si es que así lo decide el próximo Presidente, pero quizá para esa fecha ya se hayan otorgado muchas concesiones y entonces el gobierno tendrá que entrar en litigios.