Promover valores

Felipa Nery

Si en el hogar, en la escuela y en la iglesia, no hay respeto, no hay armonía, no hay paz, ¿entonces qué podemos esperar como sociedad?  Día a día, nuestra sociedad se ha ido enfermando, pervirtiendo, a causa de la falta de valores, de respeto a todos sus semejantes, a los animales y a la naturaleza. No se respeta al otro, a los vecinos, a los padres, a los hijos, a las esposas o esposos, no se respeta al maestro, al sacerdote o pastor de la iglesia, pero muchas veces tampoco el maestro respeta a sus alumnos, ni los sacerdotes, ni pastores respetan a quienes llegan a congregarse en sus iglesias. Ya ni se diga la falta de respeto y armonía en los centros laborales, tanto públicos, como privados, donde hay envidias, conflictos, extorsiones, humillaciones, abusos sexuales. En la comunidad, en las calles, estamos peor, ahí, no se puede transitar con libertad porque estamos expuestos a todo tipo de peligros, en la calle hay que tener siempre en mente: ¡sálvese quien pueda! Reflexionamos en todo lo anterior, porque observábamos un video en el que se liaban a golpe dos mujeres, una maestra y una madre de familia de una escuela primaria en el municipio de Huimanguillo, que de esa forma dirimían un conflicto sobre el uso de las aulas escolares; pero recientemente, hace apenas unos tres meses, conocimos de otro caso, el de otra madre de familia y una maestra de preescolar, del municipio de Macuspana, que también se agarraron a golpes y  no faltó quien las grabara y el video se hiciera viral. Y es que  los centros escolares, donde los niños deberían llegar con toda libertad a recibir enseñanzas en un ambiente de total armonía, se han convertido en centros de conflicto entre los padres y los profesores, debido a las exigencias de los maestros del cobro de cuotas escolares,  de materiales de limpieza,  los intentos por retener las calificaciones cuando no se han pagado las cuotas,  por la limpieza de los salones y los baños, o bien por las imposiciones de comprar trajes o vestidos especiales para determinados festivales. Ante la impotencia y los agobios de los maestros a los padres por estos requerimientos, muchas veces innecesarios, muchos terminan por estallar y actuar de forma violenta contra las profesoras, aunque en otras ocasiones, los padres de familia terminan haciendo bloqueos de carreteras, ante la falta de respuesta de las autoridades a sus reclamos. Si en la escuela los niños observan violencia entre sus padres y los maestros, ¿qué cree usted que van a aprender esos niños?. Por supuesto, entenderán que todos los conflictos se resuelven a través de la violencia y la violencia cada día irá subiendo de tono, como ha ocurrido hasta ahora. La situación económica difícil por la que atraviesan muchas familias, provoca mayor irritación y desesperación ante pretensiones que no se pueden solventar. Por ello, se hace necesario que las autoridades se encarguen no sólo de promover que se retomen los valores, sino que dejen de ignorar la realidad que se vive en los centros escolares.