Hoy por ellos…

Felipa Nery

La migración de personas, que se ven obligadas a abandonar sus países de origen por diversas causas, pone en peligro la vida de millones de personas que son rechazadas en los países donde llegan, porque los ponen en aprietos, no sólo por no tener la posibilidad de brindarles las oportunidades para su desarrollo, sino porque les genera inseguridad. Hoy están sufriendo por problemas de migración masiva, en países de Europa y América Latina, principalmente. Europa sufre desde hace un par de años, con la migración masiva de millones de personas que huían de la guerra de Siria, lo mismo México ha padecido con la migración de centroamericanos que cruzan nuestro territorio, con la finalidad de llegar a los Estados Unidos de Norteamérica, pero al cerrarse las fronteras del vecino del norte, miles de centroamericanos se quedan en territorio mexicano. Ahora mismo, Colombia, Brasil y Perú, están padeciendo con el éxodo de venezolanos que huyen de su país ante la situación de violencia, crisis económica y falta de alimentos en ese país que un día fuera ejemplo de desarrollo en América Latina, pero debido al rumbo político que tomó en su momento con Hugo Chávez y hoy con Nicolás Maduro, la población paga las consecuencias. La Organización de las Naciones Unidas ha externado su preocupación por la situación que viven millones de Venezolanos a quienes les empiezan a prohibir la entrada en Brasil y Colombia. Y es que las personas que se desplazan de un país a otro, en su mayoría, carecen de recursos económicos para sufragar sus necesidades, por lo que colapsan los servicios públicos de los países donde llegan. La ONU, a través de Eric L. Olson, ha dicho que es la peor crisis humanitaria que ha vivido Venezuela en los últimos 50 años. Si bien los países son libres para auto determinarse, las decisiones que adoptan no deberían poner en riesgo la vida de sus gobernantes, por ello, la ONU debería adoptar medidas de represión directa a los gobernantes de esos países que atentan contra su población, porque mientras ellos viven sin padecer ninguna carencia, porque continúan cobrando impuestos, millones de personas no tienen ni para comer, por lo que al no encontrar ninguna oportunidad de sobrevivencia en su lugar de origen, no les importa migrar a otros países, con la esperanza de encontrar una forma de subsistir con dignidad, que le ha sido negada en sus tierras. El problema de la migración crece día con día, porque cada vez van estallando más conflictos en distintos gobiernos de diversas regiones del mundo. El mundo, los gobernantes de los países, junto con la ONU, tienen la responsabilidad de atender la crisis humanitaria que por diversas causas va en ascenso y por supuesto, que todas las personas del mundo, estamos obligadas a entender  y a solidarizarnos con aquellos seres humanos que han abandonado su país, porque hoy en día, nada asegura a los habitantes de ningún país del mundo, que el día de mañana no se verán obligados a migrar de la tierra que los vio nacer. Hoy por ellos, mañana quizá sea por nosotros.