Adjudicación sin licitación

Felipa Nery

Las reformas a la ley de obras públicas del Estado de Tabasco que realizó la semana pasada el Congreso del Estado, con la que ahora se permitirá que las autoridades administrativas puedan adjudicar de manera directa algunas obras públicas, ha provocado cuestionamientos por diversos sectores de la sociedad, incluidos los constructores, aunque algunos han visto bien estas reformas; por ejemplo el ex líder de los constructores, José Eduardo Correa Abreu, en el programa Telerreportaje se pronunció en contra de la aprobación que consideró se hizo al vapor y la calificó como un cheque en blanco, para que los próximos gobernantes  beneficien a quien quieran y como quieran; también los diputados del PRD, miembros de tan cuestionado gobierno estatal, al que no han exigido rendiciones de cuentas por la falta de transparencia, a través de la diputada Elsy Lidia Izquierdo, se pronunciaron en contra de esta reforma a la ley de obras públicas. Por supuesto que todos los ciudadanos deberíamos pronunciarnos en contra de estas reformas que podrían dar opción a la legalización de la opacidad, a regresar a la misma situación que se daba antes de que existieran estas leyes que obligaban a los gobiernos a concursas la adjudicación de obras y otros servicios, así como a transparentar estos actos. En el mes de junio pasado, a un mes de las elecciones, la Agencia de Naciones Unidas de Servicio para Proyectos, se dijo lista para trabajar en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en caso de que ganara la presidencia de la República, en el diagnóstico y acompañamiento de iniciativas de adquisiciones estratégicas, como parte del combate a la corrupción, así lo afirmó Fabrizio Feliciani, director regional para América Latina y Caribe de la Agencia, en respuesta a una carta que en el mes de mayo les había enviado el candidato de la coalición aJuntos Haremos HistoriaJ, en la que les solicitaba su apoyo para coadyuvar con el gobierno de México que él pretendía encabezar, en proyectos y gestiones públicas transparentes. No sabemos, si los diputados de MORENA que realizaron esta modificación a la ley de obras públicas no tienen conocimiento de los proyectos que tiene Andrés Manuel López Obrador para acabar con la corrupción en México. No había necesidad de hacer estas reformas, porque la misma ley de obras prevé estas adjudicaciones cuando se trate de obras de interés superior, o bien obras que tengan que ver con la seguridad. Lo que menos deberían hacer los representantes de MORENA, que alcanzaron el triunfo con el respaldo de Andrés Manuel, es dar cabidas al sospechosismo de la corrupción, o de instaurar gobiernos no transparentes, ni dispuestos a rendir cuentas a la sociedad. Dicen que la mujer del Cesar no sólo tiene que ser honrada, sino además, parecerlo. El 1 de julio más de 30 millones de mexicanos votaron por un cambio, por Andrés Manuel López Obrador, porque ya estaban hartos de los gobiernos del PRI, PAN y del PRD, que demostraron ser corruptos y no estar del lado del pueblo. MORENA no puede acabar con la esperanza de un cambio desde antes que se inicien sus períodos gubernamentales.