Transformación real

Felipa Nery

El anuncio que hizo el presidente electo Andrés Manuel López el lunes pasado, luego de conocerse los resultados de la consulta ciudadana, en la que 310 mil 463 votaron por continuar la construcción del aeropuerto de Texcoco y 747 mil votaron a favor de Santa Lucía, es una muestra de que está dispuesto a cumplir con los compromisos de campaña, pero no sólo de esta última, sino los compromisos que ha hecho con el pueblo desde la primera vez, en 2006  que aspiró a ser presidente de la República y los dueños del poder económico de este país, le metieron el pie, para impedir su acceso a la Presidencia, para no dejar de perder el control que tenían sobre el poder político, al que tenían cooptado, no sólo desde los gobiernos del PRI, sino también desde los gobiernos panistas. Desde campaña, Andrés Manuel propuso la separación entre el poder político y el poder económico, pues aseguraba que existía un grupo empresarial que quería mantener sus privilegios y por ello financiaban la guerra sucia en su contra, como lo hicieron en 2006, cuando desalentaron el voto a su favor, porque a través de la campaña del miedo que pagaron en radio y televisión, hicieron creer a la población que era un “peligro para México”. López Obrador se comprometió a fomentar la diversidad de actores en el sector empresarial, para que existieran condiciones para una verdadera competencia, aseguró que no está en contra de empresarios, ni de la globalización. Incluso, cuando presentó su plan de desarrollo económico, corresponsabilizó al sector empresarial del problema de la inseguridad y la violencia, porque “se han dedicado a robar y a saquear y se abandonó al pueblo”, habría dicho durante su participación en la 59 Semana de la Radio y la Televisión. El lunes, después de anunciar cómo se resolverá el problema de saturación del aeropuerto internacional de la Ciudad de México, con la construcción de dos pistas en Santa Lucía y el mejoramiento de los aeropuertos de Toluca y de la misma CDM, el presidente electo reiteró su compromiso de que exista esa separación entre el poder económico y el político; pero ayer fue más allá, dijo que no será florero, ni adorno. Es decir, que será un Presidente que tome decisiones, como lo ha ofrecido, en beneficio de las mayorías de los mexicanos, esto lo dijo, luego de afirmar que los empresarios están molestos, no tanto por la cancelación de la obra de Texcoco, sino porque ya tenían planes para construir un proyecto como Santa Fe, donde está el actual aeropuerto. Esta decisión del Presidente tabasqueño, de separar al poder económico del político, se asemeja a la decisión que en su momento tomó Benito Juárez, de separar a la iglesia católica del poder político y nacionalizar sus bienes, pues esta tenía mayor poder que el Presidente, por los recursos económicos que ostentaba, por lo que el gobierno tenía que irle a pedir prestado a la iglesia, para hacer frente a sus compromisos económicos; habrá que recordar la guerra que desató esta decisión en aquel entonces, en la lucha de la iglesia, por no perder el poder político y económico. Hoy, la guerra es de descalificaciones al presidente electo.