José Martínez
Un problema serio al que enfrentará el ayuntamiento de Centro en estos días es la reubicación de los ambulantes.
A nadie se le debe negar que se empleen para conseguir un sustento, pero siempre y cuando esté reglamentado. El ambulantaje, como toda la economía informal, se encuentra en los límites de lo legal e ilegal. Es también un problema social.
Vender afuera del mercado Pino Suárez, sobre las calles aledañas siempre representó molestia para los comerciantes del interior del inmueble. Además de quienes por ahí caminan, ya que las banquetas fueron desapareciendo, poniendo en riesgo la vida por tantos vehículos que ahí transitan, entre urbanos, suburbanos y particulares.
La problemática se ha presentado por años, y toca al municipio arreglarlo, para mala fortuna de las autoridades se convirtió en un fenómeno que en varias ocasiones se les salió de control.
Ahora con el nuevo inmueble construido que será reabierto para este año -aún no se conoce una fecha real- se dijo por parte del secretario del ayuntamiento que este grupo de ambulantes serían reubicados.
Luis Alberto de la Cruz Hernández, presidente de la unión de comerciantes aledaños al mercado Pino Suárez, igual dio su postura, y sostuvo que no son ellos los que se reubicarán a un costado de la sede provisional de este centro de abastos, ya que hasta el momento no han tenido ninguna reunión con autoridades. Otra vez, el estira y afloja con el gobierno.
De antemano aseguraron que no aceptarán moverse. Prefieren estar en alguno de los estacionamientos de la zona de Centro. El alcalde de Centro, Evaristo Hernández Cruz, dio a conocer que para realizar los trabajos de rehabilitación de drenajes y banquetas alrededor del nuevo mercado José María Pino Suárez, los ambulantes serían reubicados a un costado de la sede provisional en la colonia Casa Blanca, donde se les colocaría un toldo para que pudieran trabajar.
Aquí entra una estrategia de diálogo muy fino para llegar a los acuerdos, y se debe dar de inmediato, porque el tiempo les está ganando la partida. Es un asunto que pudo preverse.
La tensión provoca desencuentros desafortunados que podrían crecer al momento de llegar a posturas sin conciliación.
Las posiciones antagónicas de ambos equipos (ambulantes-municipio) darían como resultado entrar en un juego que al final pudiera afectar a la población que acude al mercado.
Si las dos partes anuncian sus versiones por separado, en cualquier momento podría complicarse el problema.
El nuevo gobierno se ha anunciado como conciliador, y el asunto viene desde el Presidente de la República, pasando por el Gobernador del estado, por ese motivo Hernández Cruz tiene que tomar esa estafeta y no permitir que suceda, tal vez, casos como el de Cunduacán, donde Nidia Naranjo trae conflictos con algunos ambulantes.
Otro caso es lo que sucede en Tenosique entre el alcalde Raúl Gutiérrez Cortés y un grupo de comerciantes, a quienes les subió la cuota del derecho de piso, ocasionando molestias. Hoy ese municipio, además de migrantes, está lleno de protestas.
Si la cuarta transformación es sinónimo de reconciliación y orden, es momento de que los presidentes municipales lo demuestren.
HABERES
¿Cuál será el interés de Leticia del Carmen Romero Rodríguez, ex titular del IEM de querer seguir buscando reflectores? Nos preguntan mujeres activistas y responden: Declara de acoso, abusos, y ahora sobre la alerta de género. Cuando estuvo al frente en una institución donde debería apoyar a las mujeres, siempre guardó silencio. Pudo haber avanzado, no lo hizo.
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