No hay varitas mágicas

Felipa Nery

Sabedores de que no hay varitas mágicas que pudieran resolver todos los problemas que acarreamos en Tabasco, inseguridad y desempleo, principalmente, no dejan de generar esperanzas y suspiros, al saber que pueden venir nuevos tiempos para Tabasco. Nuevamente, esta semana el gobernador Adán Augusto López Hernández ha hecho anuncios importantes, primero, que a finales de mayo estarían operando unas 200 nuevas patrullas para tratar de hacer frente a la ola de inseguridad que ha colocado a Tabasco en los primeros lugares en asesinatos violentos y segundo, el anuncio de que a partir de junio empezará a detonarse la inversión en la refinería de Dos Bocas y junto con esta, las inversiones de muchas empresas particulares que ya han concretado sus proyectos en el municipio de Paraíso, por lo que asegura que Tabasco será eje de desarrollo del sur-sureste; la muestra de sus dichos los refuerza con las cifras que dan hoteleros, aerolíneas y vendedores de automóviles, quienes en los últimos meses han mejorado tanto la ocupación en cuartos de hoteles, como la venta de venta de boletos de avión y autos. La esperanza es de que la generación de empleos no sólo con la refinería, sino también con los programas sociales del gobierno federal que ya reciben tanto jóvenes que se están capacitando en alguna empresa, con el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” y personas del campo a través del programa “Sembrando Vida”, los programas de apoyo a adultos mayores y las becas para estudiantes, que todo esto permita reactivar la economía de Tabasco que ha estado semiparalizada, porque mientras que otras entidades del país han mejorado sus condiciones, en Tabasco no hemos tenido momento de sosiego a partir de la caída de la explotación petrolera, después de la aprobación de la reforma energética, que supuestamente sería para beneficio de los mexicanos y resultó todo lo contrario. Si bien en estos primeros meses de la administración tanto federal, como estatal, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Adán Augusto López Hernández, han recibido severas críticas, porque no se ha visto ningún cambio, ni mejoraría a favor de la economía de Tabasco, lo cierto es que el cambio de régimen de gobierno ha desconcertado a muchos que durante décadas vivieron al amparo del poder que se hicieron multimillonarios y sacaron sus capitales del país, mientras millones de mexicanos eran excluidos de las oportunidades que les permitieran vivir dignamente. A pesar de las descalificaciones y perspectivas de falta de crecimiento económico para este año, el Presidente López Obrador tiene toda la confianza de que se revertirán los malos augurios, que la situación mejorará. Esperemos que así sea, si bien sabemos que no hay varitas mágicas que cambien la descomposición social que durante años se fue gestando en Tabasco y el país en general, con todas las políticas públicas que a nivel federal se han diseñado y arrancado, al igual que en la entidad, hay la esperanza de un futuro mejor del que hemos tenido en los últimos años.