Felipa Nery
El Presidente Municipal de Centro, Evaristo Hernández Cruz, ha hecho públicas dos decisiones: la primera, vender los terrenos del actual palacio municipal y construir uno nuevo por la zona de Altozano y la segunda, concesionar la prestación del servicio de agua potable, disposiciones que en caso de aprobarse, no son nada populares, según se ha pulsado ya en el sentir de la población, a la que no le han caído bien, por lo que corre el riesgo de ser reprobado en las urnas, en caso de presentarse nuevamente, ya sea para repetir como alcalde, o bien dentro de cinco años que pudiera postularse por la gubernatura de Tabasco, pero él dice que está dispuesto a correr los riesgos políticos, porque son acciones necesarísimas. Habría que ver si estas decisiones prosperan, porque ambas, requieren la aprobación del Congreso del Estado, y entonces, la responsabilidad ya no sería sólo del alcalde que hace las propuestas, sino de los legisladores que pudieran aprobarla, no olvidemos que MORENA, el partido que abanderó a Evaristo en el pasado proceso electoral, tiene mayoría en el Congreso y estará en su cancha la decisión final. Hernández Cruz aduce que las protestas son encabezadas por Gerardo Gaudiano y sus seguidores, pero la realidad es que no es así. En lo particular, he escuchado voces de personas que no tienen nada que ver con Gaudiano, y no están de acuerdo con la decisión de mover el palacio municipal hacia la zona de Altozano, incluso antes de que se anunciara la marcha que ya se promueve para el 2 de junio, una señora que en el pasado proceso electoral votó seis de seis, que es una ciudadana responsable y que siempre acude a las marchas a las que ha convocado la sociedad, me dijo: “hay que organizar una marcha, tenemos que ir a protestar”. Lo cierto es que no son sólo los políticos, como Juan Manuel Fócil, que aprovechan esta coyuntura para hacer sus declaraciones y tratar de tener ganancias en río revuelve, sino que es la gente que tiene que ir a hacer algún trámite al Ayuntamiento que considera la dificultad para trasladarse hasta aquella zona y el costo que tendría el precio del pasaje, porque los que están felices y ya se frotan las manos, son los taxistas, que dicen cobrarán no menos de 200 pesos hasta aquella zona; y en relación a la concesión del servicio de agua potable, tiene razón Evaristo en señalar que mucha gente no paga el servicio, que es mínimo lo que se recauda; este asunto sí que es más espinoso, porque existe la obligatoriedad del Estado de brindar el derecho al agua, y en este caso, primordialmente a las personas de escasos recursos económicos, habría que garantizarles primero, por lo menos de 50 a 100 litros diarios por persona, como lo ha considerado la Organización Mundial de la Salud, de acuerdo a la disposiciones de la ONU que ha reconocido, a través de la Resolución 64/292 de la Asamblea General el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que el agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos y tener una vida humana digna, por lo que debe tener agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para uso personal y doméstico.