Salimos de las cavernas

Felipa Nery

Al inaugurar el gobernador Adán Augusto López Hernández el Laboratorio de Genética Forense, Tabasco dio un gran paso que permitirá no sólo identificar cadáveres que desde hace mucho tiempo tienen en conservación por no tener la forma de realizarles las pruebas genéticas y por ello, tienen la obligación de conservarlos y no enviarlos a la fosa común, sino que ahora muchos delitos de los que en la entidad existe una gran incidencia ya no se quedarán impunes, como son los de violación, feminicidios y violencia intrafamiliar, principalmente, porque con estos laboratorios se podrán hacer pruebas científicas que serán irrefutables para imputar la culpabilidad a los responsables, sobre todo, cuando no hay testigos de los hechos. Es una verdadera pena el retraso en el que Tabasco se encontraba por la falta de un laboratorio científico para investigar delitos graves, habíamos sido rebasados por entidades como Chiapas o Campeche, que desde hace años cuentan con los mismos, mientras que aquí no habían. El problema de la falta de laboratorios científicos salió a relucir desde el año 2014, cuando las neófitas autoridades que estaban al frente de la Fiscalía del Estado acudieron al vecino estado de Veracruz a traer los cadáveres de decenas de personas que murieron calcinadas al incendiarse el autobús en el que viajaban; una vez que tenían los cadáveres aquí en Villahermosa, no sabían qué hacer con los mismos, porque los restos no se podían identificar para entregarlos a los familiares, por lo que tuvieron que enviar restos de los mismos a la entidad de donde los trajeron, Veracruz, Chiapas y Campeche, para que allá les realizaran las pruebas de ADN y pudieran entregarse a sus familiares. A pesar de lo que se padeció desde entonces y de las decenas de cadáveres que almacenaba la Fiscalía por la violencia que se vive, el gobierno anterior no procuró crear un laboratorio  que permitiera a los fiscales o agentes ministeriales allegarse de pruebas científicas que facilitaran imputar a detenidos, sobre todo, cuando no existían testigos que los señalaran, ya que a partir de la entrada en vigor del nuevo sistema de justicia adversarial, no se podía vincular a proceso a ninguna persona, si no existen elementos de prueba suficientes en una carpeta de investigación, que adviertan su posible culpabilidad. El año pasado un estudio realizado por la Universidad de las Américas de Puebla, ubicó a Tabasco con un grado alto de impunidad, porque sólo el 1.31% de los presuntos delitos denunciados eran sentenciados en primera instancia; pero lo peor era también, que a pesar de que la Fiscalía de Tabasco era de las que más personal tenía, en comparación con las de otras entidades, aquí no se cumplía adecuadamente con la procuración de justicia, y se aseguró que además, que el personal no sólo no estaba debidamente capacitado, sino que no se contaba con la infraestructura necesaria para la investigación de los fenómenos delictivos de alta incidencia. Hoy las cosas han cambiado, además de adquirirse estos laboratorios, se capacita al personal de la Fiscalía, para revertir el fenómeno de impunidad que ha provocado que el Estado de Derecho en Tabasco se vea trastocado.